Expertos UNA: Sector agroexportador será el más golpeado por limitación de ingreso de migrantes

Heredia, 31 jul (elmundo.cr) – Especialistas de la Universidad Nacional (UNA) coincidieron en que el sector agroexportador costarricense será el más golpeado ante las limitaciones de movilidad de migrantes por la COVID-19.

En el 2018, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) determinó que el 12% del producto interno bruto (PIB) es producido por fuerza de trabajo migrante.

Ante esto, Guillermo Acuña, investigador del Instituto de Estudios en Poblaciones de la Universidad Nacional (Idespo), asegura que es indispensable hacer esfuerzos para regular sus condiciones de laborales de esta población.

Mientras que Leonardo Granados, coordinador de la Maestría en Gerencia de la Seguridad Alimentaria indicó que “estaríamos hablando del café, banano, ganado, caña de azúcar; ciertamente verán un impacto por las limitaciones de participación de migrantes, sobretodo en ciertas épocas. El café, por ejemplo, en cuanto inicie la cosecha va a tener un efecto importante porque mucha de mano de obra es migrante, que viene y va”.

Las medidas de protección dictaminadas por el gobierno ente la pandemia incluyen el Decreto Ejecutivo  42406-MAG-MGP, que permite regular la contratación de mano de condición migratoria para labores agropecuarias, de agroexportación o agroindustria a personas que comprueben haber ingresado y permanecido en el territorio nacional entre el 15 de enero de 2016 y el 15 de enero de 2020, pero por otro lado, se firmó el Decreto Ejecutivo  42405-MGP-S que permite a las autoridades migratorias rechazar, deportar o ejecutar el acto migratorio correspondiente como parte de sus controles, con el fin de resguardar ciertos cantones del país vulnerables debido a su ubicación geográfica. De esta manera, solamente podrán participar en las cosechas los migrantes que regularicen su situación en el país y que hayan ingresado antes del 15 de enero del presente año.

Es por esta razón que sectores como el cafetalero esperan una baja del 70% – 65% de los cogedores de café a partir de agosto, dado que este es el porcentaje de trabajadores nicaragüenses que conforman esta fuerza laboral. 

En total, la actividad requiere de un aproximado de 70 mil personas cuando coincidan la recolección de las distintas zonas cafetaleras del país. Por ejemplo, en la zona de los santos, se contabiliza que el resto de la población trabajadora de las cosechas del café la conforman un 30% los indígenas Ngöbe-Buglé y un 10% de costarricenses. 

De modo que este año el Ministerio de Salud emitió los «Lineamientos generales para las fincas cafetaleras que contratan mano de obra migrante (Indígenas Ngöbe-Buglé) en el marco de la alerta por COVID-19», lo que garantiza el ingreso de los indígenas Ngöbe-Buglé para trabajar en la recolección del grano de oro, pero deberán pasar estrictos controles sanitarios.

Si no se establecen mecanismos institucionales para garantizar y seguir contando con el acompañamiento de la fuerza de trabajo extranjera, que durante décadas ha sostenido en sus hombros varias actividades de la economía costarricense, se corre el riesgo de impactar de manera directa las economías de dichas actividades, y se puede estar ante la desestructuración de un tejido social que se ha construido durante esos años”, agregó Acuña.

Andrés Piefall, vocero de Coopedota, asegura que los productores, gobiernos locales, las cooperativas de la zona, el Ministerio de Agricultura y el ICAFE trabajan de la mano para desarrollar los protocolos que permitan asegurar la cosecha del grano mejor valorado del país y a su vez proteger a los trabajadores y a las familias, pues la actividad requiere de un alto grado de interacción y movilización.

Aún así, Piefall explicó que la cosecha del café se realizará con la población NgöbeBuglé y los migrantes que ya están en el país, pero se convocará a población costarricense de otras zonas cafetaleras para lograr colectar el grano en los meses de diciembre a febrero.  

El caso particular de la cosecha del café representa un desafío, no solamente para el gobierno si no para los actores locales en cada una de las comunidades cafetaleras del país, de ahí que los protocolos y la logística deben estar en manos de los expertos locales”, acotó Wilson Picado, coordinador de la Maestría en Historia Aplicada y académico del Programa Regional de Maestría en Desarrollo Rural, Universidad Nacional. 

Según Picado “es evidente, en este y en cualquier otro cultivo, la presencia de mano de obra migrante, de ahí que el proceso de cosecha debe revalorizarse, tiene que adquirir un peso distinto y una atención distinta desde el punto de vista cultural”.

Según los investigadores consultados por UNACOMUNICA, es imprescindible discutir y revalorar el aporte de los migrantes en la economía costarricenses y es necesario dar pasos en los procesos de regularización migratoria. 

Leonardo Granados, coordinador de la Maestría en Gerencia de la Seguridad Alimentaria, concluyó que una de las principales lecciones de la pandemia, en este sentido, es que “ha sacado a la luz una verdad cierta y conocida por décadas, niveles de explotación laborar y contaminación ambiental que antes no eran relevantes, ni eran prioridad y que todo el mundo sabía que existían”, por lo que se espera como consecuencia positiva ante la problemática que vive el sector, que el Estado intervenga y regularice la situación.

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