San José, 09 oct (elmundo.cr) – El exdiputado del Frente Amplio, Edgardo Araya, emitió duras críticas contra el proyecto de ley presentado por el Gobierno que busca legalizar nuevamente la minería a cielo abierto en Crucitas, describiéndolo como una “claudicación” en la defensa del medio ambiente.
Araya manifestó que este proyecto “es básicamente más de lo mismo” y lamentó que el Gobierno, al no poder ni querer proteger la naturaleza en la zona, esté optando por “permitir que siga la destrucción”. Para el exdiputado, la propuesta de ley “restaura la situación que se encontraba antes del año 2010, cuando se anuló la concesión minera precisamente por ser ilegal y corrupta”.
Además, Araya cuestionó la verdadera motivación detrás de este proyecto, señalando que parece que “el oro se lo estén robando los pobres, porque ahora lo que quieren es que se lo roben los ricos”. En su opinión, la iniciativa del Ejecutivo busca otorgar beneficios desproporcionados a las empresas mineras, dejando al Estado con apenas un 5% de las ganancias. “¿Toda la destrucción que va a quedar después de que esas empresas se vayan, quién la va a pagar con ese 5%?”, planteó.
El exdiputado también advirtió sobre los riesgos ambientales y legales de la minería en la región, destacando que “la minería siempre es dañina para el ambiente. No hay manera de hacerla segura”. Asimismo, criticó que el proyecto no considere ningún tipo de mejora o solución para mitigar los daños al entorno, y enfatizó que en toda América Latina “ningún país ha salido de la pobreza con minería”.
Araya anunció que su equipo trabaja en una propuesta alternativa que se presentará en las próximas semanas, centrada en el “saneamiento de la zona” y en la creación de “otras actividades productivas” que generen beneficios sostenibles para las comunidades locales.
Según explicó, el objetivo es que los recursos obtenidos del saneamiento queden en manos de las comunidades afectadas, algo que no se contempla en el proyecto del Gobierno, donde “toda la plata se va para el Gobierno central, no queda nada en las comunidades”.
Finalmente, concluyó que “pareciera que lo que les molestaba era que se lo robaran los pobres, y ahora se lo van a robar los ricos”, reafirmando su postura en contra de la reactivación de la minería a cielo abierto en Crucitas.