San José, 20 mar (elmundo.cr)- La Defensoría de los Habitantes manifestó este martes su indignación y preocupación ante el incremento de femicidios en Costa Rica y exhortó al Estado y sus instituciones, a actuar de forma inmediata y contundente para detener la muerte de más mujeres a manos de sus novios, parejas, esposos, compañeros.
“El femicidio es la más grave y brutal de las violencias que sufren las mujeres por solo el hecho de ser mujeres. Es un problema que no solo golpea a las víctimas, sus familias y amistades, sino a toda la sociedad. Estas muertes son un reflejo de patrones socioculturales discriminatorios hacia ellas, que la misma sociedad legitima y refuerza con estereotipos machistas. Es en ese contexto que el agresor considera que la mujer es un objeto de su propiedad y no una persona sujeta de derechos; esta conducta posesiva se convierte en un detonante para la violencia de género”, afirmó la institución.
Para la Defensoría, los femicidios deben llamar la atención al país en su conjunto, pues a pesar de los esfuerzos que el Estado y la sociedad civil organizada realizan desde hace muchos años, este flagelo está lejos de ser erradicado.
“Las muertes de mujeres como Paula, Maritza, Mariana, Rita, Karen, Grettel Tatiana, Kimberly, no pueden quedar impunes, ni pasar desapercibidas, es momento de ponerle rostro a la violencia, ayer fueron ellas, hoy o mañana puede ser usted, una familiar o amiga. En lo que va del 2018 la Subcomisión reporta 4 femicidios, no obstante estaban pendientes de informe y calificación 5 homicidios más, 4 de ellos cometidos en los últimos 10 días. Esto pone de manifiesto un incremento en el promedio mensual de femicidios”, añadió.
De acuerdo con los datos, durante el 2016 se presentaron 26 femicidios, 3 de ellas eran menores de edad y otras 4 no superaban los 23 años, 15 de estas 26 mujeres eran madres, producto de ello, 29 personas quedaron huérfanas.
Por eso hizo un llamado vehemente a las instituciones del Estado que tienen la responsabilidad de prevenir, atender y sancionar la violencia hacia las mujeres, a evaluar lo que se está haciendo o lo no se hace, identificar en qué se está fallando, qué se está haciendo mal, y lo que debe ser corregido de forma inmediata para actuar con la debida diligencia y en consonancia con la gravedad del asunto.
“El femicidio no es un hecho aislado, de ahí que solicitamos a todas las y los habitantes, a las organizaciones y redes comunales, reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos como integrantes de la sociedad. Urge dejar de naturalicemos la violencia, no podemos ser indiferentes ante lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, en la casa al lado, en nuestro barrio o comunidad. La indiferencia mata. No podemos seguir culpabilizando a la víctima, ella no buscó su muerte, la asesinaron”, finalizó.