San José, 13 nov (elmundo.cr) – La reciente decisión del presidente de la República, Rodrigo Chaves, de otorgar la máxima distinción diplomática de Costa Rica al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, ha desatado una serie de críticas y cuestionamientos sobre el compromiso del país con sus principios democráticos.
Para el politólogo y jurista Daniel Zovatto, experto en elecciones, gobernabilidad y democracia, la ceremonia del lunes representa “una condecoración indigna y un día triste para la democracia costarricense”.
Chaves entregó este reconocimiento en nombre del pueblo costarricense, destacando el “éxito” de Bukele en reducir la violencia mediante su campaña de más de dos años contra las pandillas. Sin embargo, Zovatto advirtió que esta condecoración “empaña la tradición costarricense de respeto a los derechos humanos, el estado de derecho y la democracia”. Señaló que, aunque Bukele ha logrado avances en seguridad, estos se han alcanzado “a un costo alarmante”.
“Esta condecoración se concede a un mandatario que, si bien ha sido efectivo en combatir las pandillas y mejorar la seguridad ciudadana, ha utilizado una estrategia caracterizada por una excesiva concentración de poder en el ejecutivo, debilitamiento de la separación de poderes y prolongados estados de excepción”, afirmó Zovatto. Agregó que Bukele ha promovido el “acoso a la libertad de expresión, la persecución de medios y periodistas, y ha cometido graves violaciones a los derechos humanos”.
Zovatto fue especialmente crítico con la falta de respeto al estado de derecho y al marco constitucional en El Salvador, recordando que Bukele ha promovido “una reelección inconstitucional en un proceso plagado de irregularidades, y ha convertido a El Salvador, primero en un régimen híbrido y ahora en uno autoritario”.
Para Zovatto, la condecoración otorgada por el presidente Chaves también representa una “admiración” por el estilo de “liderazgo autoritario” de Bukele, lo cual “deshonra la tradición democrática” de Costa Rica. El politólogo subrayó que aunque Bukele goza de altos niveles de popularidad, esta “no lo convierte en un líder democrático”.
Zovatto concluyó con una reflexión contundente: “Costa Rica, como una de las tres democracias más sólidas de la región, junto a Uruguay y Chile, debería mantener sus principios y estándares democráticos”.