Heredia, 1 abr (elmundo.cr) – La enfermedad COVID-19 profundizará las condiciones de pobreza y violencia de los centroamericanos, por lo que las migraciones no se detendrán a pesar de los cierres de los puestos fronterizos oficiales, advirtió Guillermo Acuña, especialista en migraciones del Instituto de Estudios Sociales en Población de la Universidad Nacional (Idespo-UNA).
Se calcula que, anualmente, un total de 400 mil personas intentan cruzar la frontera de los Estados Unidos en busca de un futuro económico y social más seguro. La mayor parte son personas centroamericanas de países del llamado triángulo norte: El Salvador, Guatemala y Honduras.
Según Acuña las fronteras de los países centroamericanos, México y Estados Unidos son muy porosas, lo cual permite el paso de migrantes por múltiples puntos ciegos, de manera ilegal. Sin embargo, es en estos puntos donde peligra la vida de los migrantes y sus familiares, pues la seguridad se ha intensificado, tanto por la policía migratoria como por el ejército de cada país.
La investigadora del Instituto Mora, de la ciudad de México, Leticia Calderón, comentó que “México no ha adoptado, hasta este el momento, una política de apertura o flexibilidad para permitir que las personas migrantes que ya están en el país puedan circular, moverse y en algún momento guarecerse de lo que esperamos casi como un tsunami respecto al tema del coronavirus”. Calderón considera que es un momento para reflexionar sobre la política de detención migratoria al sur de México.
El 2019 estuvo marcado por la salida de varias caravanas migrantes, que partieron de Honduras o El Salvador, y a lo largo del camino recogieron migrantes del resto de los países del triángulo norte. Ante las caravanas, Guatemala, México y Estados Unidos recrudecieron la seguridad en las fronteras para impedir el paso legal de los migrantes.
Los datos del Instituto Nacional de Migración de México indican que para el 1 de enero de 2020 habían registrado 2.410 personas en los albergues para migrantes ubicados en México; muchas de estas personas están a la espera de una cita en las cortes de migración estadounidenses para exponer sus casos y tratar de ingresar como refugiados a este país.
La enfermedad COVID-19 provocó el cierre de dichas cortes estadounidenses por lo que los juicios quedaron suspendidos y las citas para migrantes congeladas hasta nuevo aviso, por lo que los migrantes deben continuar esperando en condiciones sociales y de salud muy vulnerables.
Según el Proyecto de Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional sobre las Migraciones (OIM), al menos 497 personas perdieron la vida en la frontera entre México y Estados Unidos durante 2019. Esto coloca a dicha frontera con México como la segunda más mortífera del mundo para los migrantes, antes del COVID-19.
Guillermo Acuña impartirá el taller virtual Migraciones y movilidad en Costa Rica: desafíos contemporáneos, el martes 14 de abril a las 9 a.m. por la plataforma zoom.