
San José, 5 set (elmundo.cr) – Costa Rica hizo un llamado a la comunidad internacional ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para acompañar la solución de la dramática crisis que enfrenta Nicaragua y urgió una pronta reacción de parte del gobierno nicaragüense para atender esta grave situación que no es sostenible.
El Embajador costarricense ante la ONU, Rodrigo Alberto Carazo, expresó que la situación que enfrenta Nicaragua es un tema prioritario no solo para ese país, sino para toda Centroamérica.
“Todo aquello que acontece en esta pequeña zona geográfica interconectada, nos afecta directamente o indirectamente y de la misma manera a toda el área centroamericana. Costa Rica no puede, ni será indiferente al sufrimiento e incertidumbre de aquellos a quien consideramos nuestros hermanos”, afirmó Carazo.
El Gobierno de Costa Rica ha sido consecuente al expresar su preocupación por el deterioro del Estado de Derecho y de la situación de los derechos humanos en Nicaragua; desde abril de este año, cuando inició el conflicto, el país ha elevado su voz por la escalada de violencia y represión que ha cobrado ya más de 400 vidas y que ha sido acompañada de una lamentable ola de violaciones graves a los derechos humanos, según el informe del Alto Comisionado de los Derechos Humanos.
Además, reitera que son inadmisibles las ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones forzadas, la obstrucción al acceso a la atención médica, las detenciones arbitrarias o ilegales de carácter generalizado, malos tratos y casos de tortura y violencia sexual en centros de detención.
“Esto ha conllevado a la erosión sistemática de los derechos humanos del pueblo nicaragüense, así como a la represión selectiva y a la intimidación contra manifestantes y sus familias, estudiantes, periodistas, líderes sociales, defensores y defensoras de los derechos humanos y mediadores”, agregó Carazo.
Costa Rica seguirá alzando la voz en defensa de una población sujeta a acciones arbitrarias que conllevan un incumplimiento de las obligaciones estipuladas en los diferentes pactos de derechos humano; y hasta que la razón, el buen juicio y el respeto irrestricto a los derechos humanos regresen a Nicaragua.