Puntarenas, 25 feb (elmundo.cr) – Miles de aves migran todos los años desde Norteamérica en busca de condiciones climáticas más favorables y alimento. Esta impresionante muestra de la interconexión de los ecosistemas será el centro de atención del Festival Internacional de Aves Migratorias, que tendrá lugar en la Península de Osa los días 5 y 6 de marzo.
La unión de fuerzas entre el Área de Conservación Osa (ACOSA) y la Fundación Osa Birds permitirá, por tercer año consecutivo, que los distritos de Puerto Jiménez y Drake sirvan de punto de encuentro para pobladores de la zona, visitantes del resto del país, científicos y expertos nacionales e internacionales, interesados en el cautivador fenómeno de la migración de aves.
Dentro de los objetivos del evento está el profundizar en la importancia de las conexiones globales necesarias para la conservación de las aves migratorias, su salud, los ecosistemas donde viven y el bienestar humano, todo lo anterior conceptualizado por medio de atractivas dinámicas para el público en general.
Como parte de las actividades del festival se desarrollarán caminatas guiadas, charlas, capacitaciones, concursos y juegos para niños. Una de las más esperadas es el famoso Maratón de aves o “Birdathon”, que consiste en una competencia para coronar el equipo que logre divisar más aves durante un recorrido por la Península.
El festival nace con el fin de educar y sensibilizar a las personas sobre las diferentes formas de asistencia a las aves neotropicales, caracterizadas por reproducirse en Estados Unidos o Canadá, generalmente entre mayo y setiembre, y que luego pasan el resto del año en Centroamérica, Suramérica y el Caribe.
Olger Méndez director a.i.del Área de Conservación Osa (ACOSA), explicó que “ha servido de estímulo para las comunidades. Actualmente, son ellas mismas las que generan y analizan información relacionada con la biodiversidad de su entorno y es justo ese comportamiento el que queremos incentivar”.
Según Méndez después de dos ediciones cuentan con comunidades mejor informadas y más preparadas en materia de conservación de aves migratorias, a lo cual se suma la reducción de la cacería y la orería ilegal. Este cambio de conciencia de la población es sobre todo apreciable entre personas jóvenes, quienes ya no se sienten tan atraídas por esas actividades.
Por su parte, Karen Leavelle, directora de Osa Birds, aseguró que gracias al festival ha aumentado el conocimiento de estudiantes, guías, empresarios turísticos, productores agropecuarios y la comunidad en general, sobre la historia, la importancia y las amenazas que se ciernen sobre las aves neotropicales. “Lo más relevante de todo es verlos involucrados en la generación proactiva de ideas y acciones para contribuir con su conservación”, enfatizó Leavelle.
El festival ha conseguido atraer el interés de más comunidades. Este año, además del tradicional festival en Puerto Jiménez, se desarrollarán actividades en Bahía Drake.
Asimismo, más organizaciones han decidido sumarse al evento. Esta edición contará con la colaboración de la Asociación de Desarrollo y la Cámara de Turismo de Drake, las Fundaciones Neotrópica y Corcovado, la Asociación de Guías Naturalistas de Drake, la Red Educaosa, la reconocida agencia de viajes Swiss Travel y el jardín de mariposas Osa Interactive Gardens. También cuenta con el apoyo de la iniciativa ¡Pongámosle!, impulsada por el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), la Fundación CRUSA y Conservación Internacional a través del Fideicomiso Osa.
El Festival Internacional de Aves Migratorias forma parte de una alianza entre un sistema de quince parques nacionales en los Estados Unidos y siete áreas protegidas en Costa Rica.
Como parte de esta alianza se despliegan acciones de asistencia a las aves migratorias durante su estancia y regreso a sus sitios de anidación en ambos países, una de las cuales es el Festival Internacional de Aves Migratorias de la Península de Osa
Las aves migratorias neotropicales llegan a Costa Rica en busca de un sitio para permanecer y alimentarse durante el invierno norteamericano. A finales de marzo inician su viaje de regreso al norte.