San José 23 oct (elmundo.cr) – El Parque Metropolitano La Sabana se tiñó de blanco y azul la mañana del domingo.
Cientos de personas de todas partes del territorio nacional se reunieron en los alrededores de la estatua de León Cortés para hacer un llamado a la paz, mostrar su apoyo a Israel y expresar su repudio al terrorismo de Hamás.
Vestidos de azul y blanco y ondeando la bandera de Israel, la multitud presente —miembros de organizaciones religiosas de todas las confesiones, grupos defensores de los derechos humanos y activistas individuales— honraron con un minuto de silencio a los 1.400 israelíes que fueron asesinados, masacrados, mutilados, violados, degollados y quemados vivos por el grupo terrorista Hamás el pasado 7 de octubre.
También hicieron un llamado por la liberación de los más de 200 rehenes — bebés, niños, jóvenes, mujeres, hombres y ancianos— que el grupo terrorista Hamás mantiene secuestrados desde ese día.
“El día 7 de octubre quedará grabado en nuestra memoria. Nos despertamos con el horror frente a nuestros ojos”, dijo desde el podio Marcelo Burman, maestro de ceremonias del acto.
Burman señaló que “en un país pacífico y sin ejército como el nuestro, levantamos como arma la palabra, para mostrarle al mundo que no callaremos”.
“El pueblo judío dice ese ‘Nunca jamás’ desde la Shoá (el Holocausto), casi como un mantra. Y ese ‘Nunca jamás’, pasó a ser hoy. Pasó a ser el 7 de octubre pasado, cuando 1400 niños, jóvenes, adultos, ancianos fueron masacrados por el solo hecho de ser judíos. No por lo que hacían. No por lo que pensaban. No por lo que decían. Creíamos que el odio por el “ser” se había terminado, pero el grupo terrorista Hamás nos recordó que ahí sigue latente ese antisemitismo milenario. Pero aquí estamos hoy para decir presente. Para contarle al mundo que nuestras voces no se callarán, y que seguiremos luchando por un mundo mejor, donde podamos vivir en paz”, agregó.
Durante el acto de una hora de duración, los presentes escucharon las palabras de Elizabeth Odio, jueza de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y exjueza de la Corte Penal Internacional; Fernando Zamora, abogado constitucionalista; Danilo Chaverri, expresidente de la Asamblea Legislativa; Rodrigo Carreras, exembajador de Costa Rica ante Israel, y los diputados Eliécer Feinzaig, Fabricio Alvarado y David Segura.
Uno a uno, los oradores hicieron suyo el sentir de todos los que estaban ahí, repudiando los actos de terror del grupo terrorista Hamás, exigiendo el retorno de los rehenes y apoyando al Estado de Israel.
La jueza Elizabeth Odio comentó que “la razón por la que estamos aquí, la conocemos, tiene que ver con una historia milenaria, de tristeza, de dolor, de lágrimas, de expulsión, tiene qué ver con que, cuando menos esperábamos un 7 de octubre del 2023 tenemos que escribir otra fecha imborrable en esa historia espantosa”.
“Que, igual que un 9 de noviembre de 1938, se volvieron a romper los cristales, se volvió a insultar al pueblo judío, se volvió a expulsar al pueblo judío”, señaló Odio. “Fue absolutamente increíble esa mañana del 7 de octubre donde supimos que más de 1.000 personas civiles, inocentes, por ser judíos, jóvenes, mujeres, niños, habían sido masacrados, habían sido secuestrados”, sostuvo.
“Es absolutamente inaceptable para quienes creemos en la paz, para quienes creemos en la justicia, para quienes creemos en la dignidad y en la igual libertad de todos y todas las personas, que creemos en los derechos humanos, porque luchamos por esto, que esto esté ocurriendo otra vez en Israel”, agregó la jueza.
El diputado Fabricio Alvarado hizo un recuento de los aportes que ha hecho el pueblo judío a la humanidad, condenó los actos del terrorismo de Hamás e hizo un llamado por el retorno seguro de los rehenes. Seguido, el diputado David Segura, mostró su apoyo a Israel. “Estamos con Israel y estamos defendiendo ese derecho de defensa que tiene Israel ante los ataques terroristas que está sufriendo del grupo terrorista Hamás”, dijo.
Por su parte, Danilo Chaverri dijo que “nos reúnen en esta mañana la solidaridad y el dolor. Solidaridad con una de las naciones a quien más debe la civilización actual por sus contribuciones al progreso de la ciencia, al avance general en el conocimiento, por su capacidad extraordinaria de sobreponerse a condiciones adversas y por ser el pueblo judío el más sufrido en la historia reciente de la humanidad”.
El constitucionalista Fernando Zamora y el diputado Eliécer Feinzaig compartieron historias más personales.
Zamora, quien catalogó lo ocurrido el pasado 7 de octubre en el sur de Israel no como un acto de guerra, sino una acción dirigida a crear terror y basado en pura maldad, habló sobre su hijo, Marco Antonio, quien es médico residente en un hospital en Israel. Ante la encrucijada de volver a Costa Rica en estos tiempos de guerra en Israel o quedarse allí, Marco Antonio tomó la decisión de quedarse.
“El instinto me tentaba sugerirle que tomara la misma decisión que los demás compañeros extranjeros: regresarse a su país”, confesó Zamora.
“Sin embargo, antes de contrariarlo, comprendí de inmediato el hondo sentido del deber que lo embargaba… Yo debía reconocer que seguir ofreciendo sus servicios médicos, en tiempo de extrema necesidad, era una alternativa moralmente superior. Lo obvio es que el aporte de un médico, en tiempos de guerra, siempre será una contribución a la paz. Una paz que parece inalcanzable y que —después de tantos milenios de persecución— el pueblo judío merece”, añadió.
Feinzaig, comenzó su discurso hablando de su mamá. Contó que el próximo 3 de noviembre su madre, cumplirá 80 años. “Nació en 1943, a pocas cuadras de aquí, en San José de Costa Rica. Ese mismo día, 3 de noviembre de 1943, pero a 10.240 kilómetros de aquí, el ejército nazi llevaba a cabo la operación cínicamente denominada Festival de la Cosecha, en la que llevaron a todos los judíos de los campos de concentración de Majdanek, Trawniki, Poniatowa y otros más, al bosque de Poniatowa, donde los obligaron a cavar sus propias tumbas antes de ser fusilados”.
Murieron allí alrededor de 42.000 judíos, entre ellos fueron asesinados la única hermana del abuelo materno de Feinzaig, su esposo y dos de sus tres hijos.
“Hace dos semanas en Israel, al grito fanático de Alahu Akbar, Alá es el más grande entre los dioses, una horda de sádicos asesinos sedientos de sangre penetraron 30 pueblos y ciudades y fueron casa por casa matando civiles inocentes, violando adolescentes, secuestrando a niños, bebés y viejitas de 85 años, incluyendo al menos una sobreviviente del Holocausto nazi. ¿Y todo por qué? Porque eran judíos”, indicó.
“Nuestra vida y nuestra existencia como judíos está en peligro. Hoy esta afirmación podrá sonar exagerada, pero no lo es ahora como no lo era en 1939. Después del Holocausto nazi el mundo dijo Nunca Jamás. Amigos: Nunca jamás es ahora”, dijo Feinzaig.
Por su parte, Rodrigo Carreras compartió algunas de sus experiencias en Israel y en Gaza. “Conocí Gaza como embajador de Costa Rica en Jerusalén, y llevé allá a costarricenses para ver los proyectos del PNUD, dirigidos por un costarricense en un Parque Industrial con fábricas europeas y americanas con tecnología y financiación israelí y europea. Daba gusto los gazatíes que ahí trabajaban para consolidar una Gaza permanente y próspera. Desde entonces hablaba en Israel y en autoridad palestina con el Chairman Yasser Arafat de nuestra buena experiencia como país sin ejército como alternativa a los acuerdos de Oslo que planteaban una palestina como Estado Desmilitarizado. País sin fuerzas armadas por nuestra voluntad”.
“Varios amigos muy queridos, israelíes y gazatíes, así como palestinos, me preguntaban what went wrong? (¿qué fue lo que no funcionó?). Lo primero es reconocer que el devenir histórico separó a Gaza del proyecto palestino>>, dijo Carreras, y planteó que en el 2005, cuando Israel se retiró por completo de Gaza y antes de que la OLP y Autoridad Palestina fueran violentamente sacados del poder por Hamás, tras obtener una mayoría legislativa, Costa Rica y otros países podrían haber propuesto la creación de un territorio bajo fideicomiso de las Naciones Unidas acorde los capítulos XI, XII y XIII de la Carta de la ONU y <<hoy habría un pequeño Singapur en Gaza, próspero y pacifico junto a Israel”, recalcó.
“Una vez destruida la infraestructura de Hamas, habrá que reconstruir Gaza. Lo más realista y efectivo es que la ONU, con un grupo de países como Egipto, Israel, EE. UU. y otros constituyan un fideicomiso y administren Gaza durante 40 años o 50 hasta constituirla y graduarla como un país independiente”, planteó Carreras.
Para terminar el acto, todos los presentes se unieron en un canto de paz en hebreo, cuyos versos dicen: El que hace que la paz reine en las alturas, nos regale Su bendición de paz en nosotros, entre nosotros, sobre todo Israel y sobre toda la humanidad.
Entre abundantes banderas de Israel y camisas de Costa Rica, en un clima de paz y fraternidad, personas de todas las edades y religiones hicieron oír desde Costa Rica un apoyo sentido a Israel y un repudio absoluto al terrorismo.