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Los nuevos televisores: curvas y multiplicación de píxeles

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Se espera que los televisores Ultra HD (UHD) y curvados den nuevo impulso al sector. Crédito: Andrea Warnecke / dpa-tmn

Por Jochen Wieloch (dpa)

La televisión vuelve a estar en el centro de la innovación tecnológica unos 80 años después de las primeras emisiones en el mundo. Se espera que los televisores Ultra HD (UHD) y curvados den nuevo impulso al sector, aunque muchos consumidores siguen preguntándose si vale la pena invertir en una resolución tan alta cuando las películas no están a la altura. O si basta por tanto con una Full HD.

“Quien quiera un aparato grande en una habitación pequeña, debería comprar UHD”, recomienda Peter Knaak, del grupo alemán de defensa del consumidor “Stiftung Warentest”. El motivo es que “a una distancia corta una persona con buena vista o que lleve gafas ve la estructura pixelada de una pantalla HD, pero no la más delicada de un televisor UHD”, cuya estructura de 3.840 x 2.160 píxeles multiplica considerablemente la resolución de una TV Full HD y por eso es mejor para espacios pequeños.

“Salvo por este efecto, el UHD no tiene sentido, pero a la larga se impondrá”, añade Knaak. “En resumen: Los fabricantes producen estos televisores para vender modelos de mayor tamaño”.

La resolución UHD sólo se percibe a una distancia muy corta, pero, como ocurre en la primera fila de algunos cines, el espectador tiene que girar la cabeza para ver lo que pasa fuera del centro de la pantalla. En una de 65 pulgadas, con una diagonal de 165 centímetros, la altísima resolución sólo se aprecia hasta una distancia de 1,25 metros. Pero el espectador sólo tiene una visión completa de la TV a dos metros de distancia, a los que la UHD ya no se percibe.

Florian Friedrich, de una revista especializada en cine en casa, opina en cambio que hay que apostar por la nueva tecnología. “Ya estamos en la segunda y tercera generación de UHD. Los fabricantes producen muchos nuevos desarrollos en esa dirección”, explica.

Por eso es cada vez menos habitual que con los televisores Full HD se consiga la mejor relación calidad-precio. En cambio, incluso los primeros modelos UHD son muy buenos aparatos. La potencia de estos televisores se puede comprobar con fotos de la cámara digital, que suelen ofrecer mucho más que el máximo de dos megapíxeles que muestra una TV Full HD, argumenta.

“La reproducción de fotos digitales con ocho megapíxeles en un televisor UHD es una ventaja que cualquiera ve de inmediato”, añade, y recuerda que hay buenos aparatos de 55 pulgadas ya por menos de 1.000 euros. Sin embargo, los modelos top UHD de mayor tamaño llegan rápidamente a los 5.000 euros.

Knaak recomienda fijarse en que el televisor tenga conexión HDMI 2.0 y tecnología de compresión HEVC (H.265), que no estaba en los primeros prototipos que salieron a la venta y que aún siguen en circulación.

Respecto de las pantallas curvadas, Florian Friedrich cree que hasta cierto punto son cuestión de gustos. “Con las televisiones curvadas tiene que haber una relación entre el radio de la curva y la distancia a la que está el espectador”, señala. Las pantallas de este tipo tienen que tener al menos 65 pulgadas “para que las distorsiones geométricas no produzcan un efecto extraño y la experiencia sea envolvente”.

El mayor problema de los televisores curvos son, en opinión de Knaak, los reflejos de lámparas o ventanas, que están mucho más presentes que en los aparatos planos. Cuando el espectador se mueve, “los reflejos parecen hacerlo también sobre la pantalla”.

En el caso de las pantallas planas esto no ocurre porque el reflejo se mueve igual de rápido y de lejos que la cabeza del usuario. El cerebro reconoce el movimiento como propio y lo elimina de la percepción. Pero eso no pasa con los aparatos curvos. “En la pantalla curvada el reflejo es más rápido que el movimiento de la cabeza”, señala el experto. “Entonces se activa una alarma en el cerebro que lleva la atención hacia el reflejo”. Como solución propone una luz muy tenue o ver televisión a oscuras.

Friedrich cree que ya a finales de año llegarán los primeros reproductores UHD. Y adelanta que el próximo paso serán los televisores con altísimas opciones de contraste que se podrán ver incluso en habitaciones muy iluminadas, así como la incorporación del High Dynamic Range (HDR), el alto rango dinámico, una técnica que permite obtener imágenes similares a las visualizadas por el ojo humano cuando hay zonas con gran diferencia de iluminación.

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