Por Cornelia Wolter (dpa)
Cuando brilla el sol, es allí y no en el salón o el comedor donde transcurre la vida familiar: en los espacios exteriores se desayuna, se toma sol, se juega, se hacen barbacoas. Por eso, muchas personas tienen las mismas exigencias para la terraza que para los salones interiores de la casa. Sin embargo, esto no es tan fácil de poner en práctica, ya que el clima demanda otros materiales. Los expertos aconsejan:
– Construcción: es necesario que el suelo sea firme, ya que allí se fijan los pilares sobre los que se colocarán las tablas. En el caso de las terrazas de piedra es necesario espesar el suelo con una base de 10 a 15 centímetros de gravilla y canto rodado, que funciona como drenaje. Esto es especialmente importante en invierno, cuando se cuela y congela agua. La terraza debería estar, según las normas de cada país, unos 15 centímetros más profundo que la casa. El agua de lluvia se aparta de la casa mediante la pendiente de la superficie exterior o con ayuda de una canaleta.
Un carpintero puede construir un deck de madera, pero si se trata de una terraza que limita directamente con la casa, lo mejor es que lo diseñe un especialista. La inclinación, el suelo y la impermeabilización deberían ser perfectos para que la mampostería y los fundamentos de la casa no sufran daños.
Piedras: Las piedras calizas están cada vez más de moda, sobre todo en tonos tierra como beige y marrón. El hormigón suele ser más barato que las piedras, es robusto y fácil de colocar. El tipo de piedra y su color deberían combinar con las paredes. Hay que tener en cuenta que las piedras, cuando están mojadas, se ven más oscuras que las secas. Cuanto más chico es el jardín, más grandes deberían ser las baldosas. Las baldosas pueden ser colocadas sobre un colchón de grava y luego se rellenan los espacios. En el caso de las baldosas más pequeñas no funciona porque se mueven y terminan quebrándose. Por eso es mejor colocarlas sobre un colchón de cemento.
Madera: Para los decks de madera es mejor usar maderas curadas, tratadas con alguna veladura. No es conveniente que tengan muchas estrías porque allí se pueden juntar algas u hongos. Las superficies aceitadas forman manchas de agua que no se notan a simple vista, pero luego se salen la pintura y el barniz. Las maderas más recomendables para las terrazas son la robinia, el alerce y el roble, que son duras y resisten bien el agua e incluso no necesitan tratamiento -siempre y cuando la superficie drene bien-. Algunos especialistas aconsejan no darle ningún tratamiento a la madera, ya que en algún momento se forma una bella pátina grisácea platinada. Es imprescindible comprar maderas producto de la tala sustentable.
Piso: Mucha gente quiere el mismo piso para el interior que el exterior. Sin embargo, un quiebre óptico entre el salón y la terraza también tiene su encanto. El musgo o el césped pueden darle un toque especial a la terraza. Lo que no tiene sentido es generar un quiebre con una escalera, que además, puede ocasionar más de un accidente doméstico. Lo mejor es que la transición de la casa a la terraza se produzca a un mismo nivel.
