Por Sabine Maurer (dpa)
Ya pasaron más de diez años desde que se separaron. Sin embargo, siguen viviendo bajo un mismo techo: ella, en los ambientes de la casa que compartieron alguna vez, junto a su hijo, que ya tiene 15 años, y él en un piso inferior con entrada independiente. “Al principio fue bastante difícil”, dice la mujer. “Pero tiene muchas ventajas”.
La mujer, de profesión médica, volvió a trabajar poco después del nacimiento de su hijo, mientras que su marido se quedaba en casa y se ocupaba del niño y del hogar. Si bien se separaron, siguieron viviendo en la misma casa, por lo que para el niño apenas cambió el día a día: papá vive ahora un piso más abajo.
“Para una constelación de este tipo hay que estar ya tan separado del otro emocionalmente que se lo deja hacer su vida”, explica la psicoterapeuta Christa Roth-Sackenheim. El respeto y la consideración hacia el otro son imprescindibles. El asunto es algo más sencillo cuando la ex pareja tiene aún objetivos en común, como la crianza de un hijo.
“Sólo conozco este tipo de constelaciones como solución transitoria”, afirma la especialista en derecho de familia Eva Becker. “Permanecen juntos unos meses más por prudencia, para aclarar cuestiones económicas o que tienen que ver con el cuidado de los niños”. Sin embargo, también sólo esto funciona con una buena base en común.
“Cuanto más pequeños son los niños, más sentido tiene que los padres estén cerca”, explica Roth-Sackenheim. A fin de cuentas, los dos siguen siendo padres. Aconseja explicar el acuerdo a los niños de la forma más simple posible. “Papá prefiere dormir un piso más abajo, pero está cerca tuyo”.
Si es bueno para los niños que papá y mamá sigan viviendo bajo el mismo techo tras la separación depende de cuán armoniosamente transcurra esta vida en común. Si todo funciona bien, el antiguo amor puede transformarse incluso en una amistad estable.
La abogada Eva Becker señala sin embargo un problema: cuando uno quiere divorciarse, se debe demostrar que la separación es necesaria. “Documentar esa voluntad de separación es bastante difícil cuando se sigue viviendo bajo el mismo techo”. Cuando los dos están de acuerdo, la cosa funciona sin problemas. Pero si uno de los dos quiere jugarle una mala pasada al otro, sólo tiene que decir que en el año separados, varias veces cocinaron y hasta miraron juntos la televisión: en muchos casos, con eso bastaría para hacer tambalear el divorcio.
