La depilación de cejas es una tarea que requiere de muy buen pulso y de una excelente intuición. Un cabello que se quite de más puede darle una forma totalmente distinta a la ceja y de pronto uno se ve en un problema.
Es curioso que la depilación siga siendo tan ejercida cuando hoy en día están más de moda las cejas tupidas. Pero, en caso de depilarse y parse, no hay razón para desesperar.
Los lápices para cejas cumplen muy bien su función cuando se necesita retocar alguna parte minúscula.
Es mejor elegir lápices que sean algo más duros porque los blandos suelen correrse más rápido, y justamente si uno quiere dibujar una línea delgada, cualquier borrón se notará mucho más.
Ahora también existen polvos para cejas que pueden aplicarse con un pincel y suelen funcionar muy bien. Y quien quiera una variante más innovadora podrá elegir el microblading, una opción no tan extendida pero útil.
El microblading ofrece la posibilidad de pigmentar la ceja con una aguja de modo manual. Es una especie de maquillaje permanente.
De todos modos, lo más fácil, si puede, ¡es esperar que todo vuelva a crecer solo!