Las plantas de interior no necesitan cambiar de maceta todos los años, aunque se recomienda hacerlo cada dos, preferentemente en primavera.
Las mismas plantas indican cuál es el momento ideal para transplantarlas: las raíces se salen de la maceta. Eso sucede cada dos años. La nueva maceta no debería ser más de uno o dos números más grande.
Para las plantas de interior, lo mejor es una tierra especial enriquecida. La mezcla de elementos gruesos y finos es ideal para que las raíces se sostengan bien. Así obtienen además suficiente oxígeno.
Esta tierra también se recomienda para palmeras y helechos, pero no para orquídeas y cactus, que necesitan un PH más bajo. Muchas veces estas tierras especiales son fortalecidas con “copos de respiración” de piedras volcánicas naturales, que ayudan a un reparto equilibrado del agua en las raíces.
Después de cambiar la maceta, se recomienda no ponerle fertilizante a la tierra durante unas seis semanas.
