Redacción, 7 ago (elmundo.cr) – Que rodearse de la naturaleza sea bueno para la salud no es una novedad: cualquiera que haya caminado por los bosques conoce los efectos beneficiosos, tanto físicos como psicológicos que ello surte. Adentrarse en un bosque permite a los cinco sentidos abrirse a los sonidos, los olores, los colores, sabores y texturas que el bosque proporciona.
Usamos la vista para contemplar el espectáculo maravilloso de la naturaleza: los colores de los árboles y criaturas con sus diferentes formas y tonalidades. A través del oído escuchamos el sonido del bosque, del rio, de los pájaros y los insectos. A través del olfato percibimos el aire puro y los aromas del bosque, con las manos tocamos los árboles, el musgo, los helechos, la hierba verde, el suelo y el agua, con el gusto saboreamos los sabores de los frutos y las plantas.
El silencio y la atmósfera de paz que invaden los bosques y las montañas, nos hacen olvidar el caos de la ciudad y el estrés cotidiano. El baño de bosque, también conocido como Shinrin Yoku, es una práctica espiritual procedente de Japón que está tomando auge en occidente y que insta a aprovechar los beneficios del bosque para mejorar la salud, el bienestar y la felicidad.
Pasear por los bosques fortalece el sistema inmunitario, incrementa el vigor y reduce los niveles de ansiedad, depresión, angustia y fatiga. Además de mejorar el sistema cognitivo; es una excelente terapia para reducir la presión sanguínea y la concentración de cortisol en la saliva (biomarcador del estrés), se reducen los niveles de glucosa en la sangre, se reduce la actividad cerebral prefrontal y se estabiliza la actividad nerviosa.
Los bosques tropicales son ricos de compuestos orgánicos conocidos como fitoncidas: sustancias volátiles y no volátiles producidas por plantas y árboles como mecanismo de defensa y que les dan las características organolépticas (aroma y sabor), cuando se inhalan resultan enormemente beneficiosos también para nuestra salud. Los fitoncidas tienen propiedades antibacterianas y fungicidas naturales, cuando las personas respiran esos compuestos, el organismo responde incrementando el número y la actividad de un tipo de glóbulo blanco llamado NK (Natural Killer), linfocitos que proveen defensas contra tumores y virus y los niveles de proteínas anti-cáncer intracelulares.
La terapia del bosque es un robusto cuerpo de estudios científicos que demuestran que al inhalar los compuestos bioactivos presentes en los bosques beneficia la salud humana tanto fisiológica como psicológicamente. Serán necesarios mayores estudios antes de que se pueda construir un modelo general para la selección óptima de sitios, rutas, estaciones y tiempos, detallando la composición de los compuestos bioactivos presentes en el aire del bosque y correlacionándolos con los efectos respectivos ya verificados en la salud humana.
Las concentraciones de estos compuestos cambian con el tiempo y el espacio, por lo tanto se hace necesario elegir las mejores situaciones (hora del día, temporada, condiciones climáticas) para aprovechar al máximo los beneficios, sin duda alguna para beneficiar al máximo las sustancias aromáticas volátiles presentes en los bosques, los mejores momentos son temprano en la mañana y en las tardes.