San José, 3 mar (elmundo.cr) – Para algunos costarricenses el consumo de vitamina B1, más conocida popularmente como “tiamina”, es un excelente aliado para evitar las picaduras de insectos, en especial los mosquitos-tigre y el aedes aegypti, que transmiten enfermedades como el dengue y el zika. Un hábito que en muchos casos lleva a la persona a sustituir la aplicación del repelente, porque creen que el sudor al volverse más ácido, los ahuyenta.
Según el Dr. Jorge Arias Sobrado, endocrinólogo y director de la Escuela de Medicina y Cirugía de la Universidad Hispanoamericana (UH) no hay ninguna evidencia científica que respalde esta creencia.
El uso de la vitamina B1 “como repelente contra los mosquitos es algo que debe ser tajantemente desmentido, la tiamina no repele a los mosquitos ni a ningún otro insecto, su utilización con esos fines es más bien contraproducente ya que induce a creer que está protegido contra las picaduras y puede dejar de tomarse otras medidas como el uso de repelentes, mosquiteros, etc”, agregó.
La Tiamina pertenece al grupo de vitaminas del complejo B que ayudan en el crecimiento y desarrollo normal del ser humano. Su consumo favorece que el cuerpo pueda emplear los carbohidratos en la forma adecuada para generar energía.
Además, tiene un papel importante en el sistema nervioso y el crecimiento o mantenimiento de la piel. Dicha vitamina es hidrosoluble, es decir, es soluble al agua y los excesos se eliminan por medio de la orina.
En la alimentación está presente en la carne, vísceras, lácteos, algunos frutos secos, cereales, levadura, entre otros. Estos “son importantes para varios procesos metabólicos del organismo y su déficit, como en los alcohólicos pueden dar por resultado cuadros serios de alteraciones neurológicas y debe administrarse en tratamientos prolongados para su recuperación” señaló el Dr. Arias Sobrado.
Cabe señalar, que según estadísticas mundiales el 30 a 80% de las personas alcohólicas tienen una deficiencia de esta vitamina.
También, la vitamina B1 se prescribe en pacientes con trastornos metabólicos asociados con enfermedades genéticas, mala nutrición, deficiencia del magnesio, insuficiencia cardíaca y enfermedades relacionadas, demencia, depresión, Síndrome de Wernicke-Korsakoff y casos especiales de embarazo y lactancia.
