San José, 14 dic (elmundo.cr) – Aunque la Navidad suele asociarse con felicidad y celebración, para algunas personas también trae consigo emociones displacenteras que afectan su bienestar emocional.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022, más de 280 millones de personas en el mundo padecieron depresión, mientras que, en Costa Rica, el Ministerio de Salud reportó un incremento del 20% en consultas psicológicas relacionadas con estrés y tristeza durante el último trimestre de ese año.
Precisamente, estas forman parte de las emociones displacenteras, las cuales son aquellas que generan una experiencia subjetiva negativa o incómoda en las personas que las experimentan. Estas emociones suelen surgir en respuesta a situaciones percibidas como amenazantes, desafiantes o insatisfactorias y cumplen como alertar de peligros, ayudar a procesar pérdidas o motivar a cambiar algo en nuestras vidas.
Entre las emociones displacenteras se pueden mencionar la tristeza, miedo, ansiedad, ira, vergüenza, culpa, frustración, entre otros.
Pero ¿por qué la época navideña, una temporada de festividades, puede desencadenar estos sentimientos en ciertos individuos? Yeimi Sequeira, psicóloga de ASTA, explica que las emociones negativas asociadas a estas fechas suelen tener raíces profundas en experiencias previas.
“Socialmente, la Navidad se percibe como una época de alegría. Sin embargo, a nivel individual, las experiencias personales pueden transformar esta percepción”, comentó Sequeira.
La pérdida de un ser querido, conflictos familiares o dificultades económicas pueden desencadenar emociones displacenteras. “Por ejemplo, una familia que perdió a un ser querido puede revivir ese dolor durante la primera Navidad sin esa persona. Incluso esto se puede dar años después, si el duelo no ha sido procesado adecuadamente”, añadió la especialista.
Además, agregó, la presión social para cumplir con tradiciones, asistir a reuniones o intercambiar regalos puede generar ansiedad y frustración en las personas. Esto, especialmente cuando las expectativas no coinciden con las posibilidades del individuo.
Reconociendo las emociones: el primer paso hacia la gestión emocional
Pero, ¿cómo gestionar adecuadamente las emociones displacenteras durante la época navideña o de celebraciones? La psicóloga de ASTA, enfatizó en que, para ello, detectar y reconocer las emociones es crucial. Esto para lograr diferenciar de cuando se está teniendo “un mal día”, a una emoción displacentera, generada o asociada a la época navideña.
“Las emociones displacenteras se diferencian de un mal día porque tienden a ser continuas. Si alguien se siente triste, frustrado o agobiado sin un motivo aparente durante varios días, es importante detenerse a analizar la situación”, comentó Sequeira.
Adicionalmente, la psicóloga de ASTA sugiere prestar atención tanto a las emociones como a su manifestación física. “A veces, el cuerpo nos da señales claras: un nudo en el estómago, tensión en los hombros o incluso dolores de cabeza pueden estar vinculados a estas emociones”, agregó.
Estrategias para manejar las emociones en Navidad
Una vez identificadas las emociones, Sequeira recomendó varios puntos que las personas que han identificado que experimentan emociones displacenteras durante la época pueden aplicar para manejar estas emociones. Entre ellas:
- Autocuidado: Realizar actividades que generen bienestar personal. “Desde practicar ejercicio, leer un libro o disfrutar una película, hasta organizar una tarde especial para uno mismo. Es fundamental priorizarse y sacar tiempo para estas actividades”, dijo la especialista.
- Establecer límites: Aprender a decir “no” cuando las circunstancias no sean favorables. “Si una reunión familiar causa incomodidad o ansiedad, es válido optar por no asistir y priorizar la tranquilidad emocional”, añadió.
- Redefinir tradiciones: Adaptar las actividades navideñas a las propias necesidades. Por ejemplo, si una cena tradicional no resulta cómoda, quizás un viaje a la playa pueda traer más bienestar.
- Conmemorar de forma simbólica: En casos de duelo, realizar actos simbólicos puede ayudar a honrar la memoria del ser querido. “Un ejemplo de ello es realizar un brindis, compartir anécdotas o realizar una actividad en su honor pueden transformar la tristeza en nostalgia, permitiendo disfrutar el presente mientras se recuerda con amor.
- Practicar la gratitud: Elaborar listas de agradecimiento puede ayudar a enfocar la atención en aspectos positivos de la vida y aliviar sentimientos de tristeza.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
Si las emociones persisten o afectan significativamente la vida diaria, es recomendable buscar apoyo psicológico. Según Sequeira, “la terapia es un espacio para auto descubrirse y trabajar los aspectos que dificultan el disfrute de estas fechas. Esto incluye abordar el duelo, aceptar pérdidas y trabajar experiencias personales que generaron afectaciones en el individuo, entre otros aspectos. Cada ser humano es diferente por lo tanto cada proceso psicológico será distinto”.
En este sentido, es importante buscar ayuda cuando las estrategias personales no funcionan o cuando los sentimientos negativos se repiten cada año sin mejoría. Precisamente, ASTA creó su departamento de Psicología que busca apoyar la salud mental y emocional de los costarricenses que requieren acompañamiento psicológico, como en esta época.
“La Navidad puede ser una oportunidad para reflexionar sobre las propias emociones y necesidades, y para buscar formas de cuidarse. Es válido experimentar tristeza o nostalgia, pero también lo es buscar apoyo para convertir esta época en un momento significativo y de crecimiento personal. La clave está en reconocer, actuar y, cuando sea necesario, pedir ayuda. Solo así se puede construir una experiencia navideña más plena y satisfactoria, independientemente de las circunstancias personales”, concluyó la psicóloga de ASTA.