Yo apoyo la huelga que inicia este lunes. Esa es probablemente una de las expresiones más polémicas que se puede expresar en estos días. La polarización vista en las elecciones pasadas se ha replicado, esta vez alrededor de un tema que era igualmente importante en ese entonces, el déficit y plan fiscal, poco tratado y discutido (y si hablamos de tratarlo y discutirlo de manera seria hay que reconocer que pocos se tomaron el tiempo de hacerlo, tal vez personas como Eli Feinzaig, mismo caso con Daniel Suchar, con quienes no comparto muchas opiniones, y Luis Paulino Vargas; todos economistas y desde su perspectiva del problema).
Todas y todos los costarricenses tenemos claro que es necesario un plan fiscal, para salir de la situación en la que nos encontramos, pero si algo también tenemos claro es que el plan fiscal que está en discusión no es el plan que queremos, y más que querer, no es el plan que necesitamos. Décadas atrás en este país se apostó por la justicia fiscal, y no por otra cosa el recordado Alfredo González Flores decía: “que el rico pague como rico y el pobre pague como pobre”. Parece que esta frase al pasar del tiempo se ha convertido en realidad a medias; los pobres pagan como pobres, ¿y los ricos?
Ahora, propuestas y alternativas a este plan fiscal (que de paso es nefasto, nos deja un pésimo precedente, apostando primero por gravar lo que sustenta a toda la población y no a los grandes capitales que han gozado de privilegios y beneficios) hay, y son suficientes para evitar que el peso de la crisis fiscal recaiga sobre la clase media y baja, pero es más que evidente que el gobierno y su bloque legislativo en el tema, no van a llamar a cuentas a los sectores que mantienen a su partido, y para el cual gobiernan, partidos responsables de estar pasando por esto, los cuales ven sumamente fácil llamar “a socarse la faja un poco” a la clase media y baja.
Se sabe que hay problemas en el sector público que deben solucionarse lo antes posible. No podemos evitar la realidad, hay casos de salarios desproporcionados, abusos, corrupción, y más, pero descalificar un movimiento nacional que lucha por la justicia fiscal, conformado por desde profesores catedráticos, hasta campesinos y estudiantes no es una tesis muy viable. Es lo fácil poner como imagen o frente de la lucha contra el plan fiscal a Albino Vargas (una persona poco indicada y poco merecedora, al menos en la actualidad de dirigir movimientos sindicales), y no mencionar a los estudiantes becados de recintos (como el de Paraíso, por ejemplo) universitarios, o personas humildes que dan más de lo posible para mantener a su familia.
Este es un tema también de ética, no podemos permitir que personas que han evadido la justicia costarricense (como Farid Ayales), los que nos han llevado a esta crisis, los evasores y defraudadores del fisco, decidan que la salida de este problema es seguir caminando por el mismo camino, y con la misma estrategia definida desde décadas atrás. Es de pena y de vergüenza total ver también a personas como el Diputado Carlos Ricardo Benavides despotricando en contra de la huelga y su legalidad o ilegalidad; será necesario entonces recordarle que “no hay huelgas legales ni ilegales, simplemente hay huelgas”, frase célebre del fundador del partido que hoy representa en el congreso (José Figueres Ferrer).
Este lunes no vamos a manifestarnos por privilegios, por pluses, o por convenciones colectivas; este lunes vamos a manifestarnos en pro de la justicia tributaria. Este lunes vamos a manifestarnos con la certeza de que gracias a las huelgas tenemos derechos laborales, garantías sociales, tienen derechos las mujeres y las personas negras también. Nos manifestaremos, y no bajo la tesis liberal de “no afectar a nadie”, porque sabemos que tanto ahora, como en 1909, 1943 y 1944, las huelgas no fueron de red social, estado en Facebook o artículo en periódico (aunque sean aspectos parte de), sino en las calles. Y una certeza tenemos: no son los y las trabajadoras las culpables del déficit fiscal, deben pagar las y los culpables.
Solo antes de terminar, es necesario recordar algunas citas referentes al tema y con relación directa a la coyuntura que vivimos. Primeramente “no nacimos para resistir, nacimos para vencer” (Los Invisibles, canción de un grupo de rap español con mala reputación), “la primera norma del sindicato es: nunca atravieses un piquete” (frase de la película Billy Eliot), y, por último, por Mary Shelley: “es justicia, no caridad lo que está deseando el mundo”. Queremos un plan fiscal de justicia, y no con la gran mentira de la caridad.
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