Está fácil. Sólo hay que desarrollar los temas de reactivación económica, que estamos esperando provengan del nuevo gobierno. Para eso es un nuevo gobierno.
Pero no es con las ventas imposibles del BCR ni de una parte del INS. Es muy difícil encontrar inversionistas, interesados en comprar instituciones públicas que tienen sindicatos, sindicalistas, privilegios salariales, convenciones colectivas abusivas, salario escolar, pensiones de lujo, derechos adquiridos, leyes del Estado que las protegen y les aportan fondos, etc. etc. Los bancos y las aseguradoras, como muchas otras actividades económicas, que eran exclusivas del Estado, hace muchos años que tienen participación del sector privado.
A pesar de que tenemos los tres Poderes de la República como cualquier democracia, los costarricenses sentimos extraños y muy lejanos a esos tres Poderes.
Vamos a votar cada cuatro años en las elecciones nacionales y, sabemos que con nuestro voto, elegiremos a 57 personas para el Poder Legislativo y a 3 personas para el Poder Ejecutivo. En total, 60 personas electas por el pueblo, es el resultado de las rutinarias, rudimentarias, desactualizadas y aburridas elecciones nacionales. Debe ser por eso, que el abstencionismo se está tragando a nuestra democracia.
Sin embargo, el más extraño y lejano es el Poder Judicial. De ese Poder no elegimos a nadie. Del Poder Judicial, lo que más conocemos son las noticias de los esporádicos salacuartazos y, de la presa de casos judiciales en trámite, que compiten con las listas de espera de la CCSS.
De las 60 personas que elegimos cada cuatro años, sabemos que ya habían sido seleccionadas previamente, por unas cuantas decenas de asambleístas de cada partido político, como uno de los pocos requisitos del TSE..
De los nuevos Padres de la Patria, sabemos que la mayoría son principiantes y los otros son repitentes. Llegan a enterarse de los proyectos inconclusos heredados de los diputados anteriores y, a ver qué se podrá hacer en su gobierno de turno.
Y de las 3 personas del Poder Ejecutivo, sabemos que el nuevo presidente, es el que nombra a todo el resto del nuevo equipo de gobierno y, se supone que este Poder, sí trae preparado un plan de gobierno.
Pero de todas formas, desde el exterior, instituciones como el FMI, la OCDE, la CEPAL y otras muchas instituciones, periódicamente le indican a nuestro país todas las cosas en que se puede mejorar. Hay análisis, estadísticas y comparaciones con nuestra historia y con otros países, en la mayoría de actividades económicas y sociales existentes.
Y desde el interior, desde nuestra realidad diaria, no se ha resuelto todavía el caso cochinilla, el caso diamante, eliminar las pensiones de lujo, las repúblicas independientes, el salario escolar, los abusos y privilegios salariales de las convenciones colectivas, evaluar y corregir el FEES, las listas de espera de la CCSS y de expedientes sin resolver en el Poder Judicial, etc, etc, etc.
En general, conocemos más y sentimos más cercano al cuarto poder de la República. De este poder tampoco elegimos a nadie, antes se suponía que era el periodismo, pero para suerte de nuestro país, ahora es un poder ampliado, porque incluye a todos costarricenses por medio de todas las redes sociales.
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