¿Vale la pena tener niveles macroeconómicos estables a costa de recortes sociales?

Para empezar a realizar un análisis exhaustivo pero a la misma vez concreto sobre los videos, se tiene que hacer una recapitulación de conceptos claves para entender la situación, tanto económica como social del país y enfrentar las problemáticas con medidas que solventen dichas deficiencias que son apabullantes en el desarrollo de Costa Rica.

En la actualidad, según los estudios de la OCDE, las décadas perdidas rondan entre los años del 2014 hasta en 2024, esto producto por los avances trascendentales que han tenido los países y el mundo en general con respecto a temas como la innovación tecnológica, la competitividad que se habla constantemente en los videos y un capital humano preparado. Sin embargo, antes de tratar la tecnología, la innovación y cómo esto se relaciona con el desarrollo económico, se debe de entender que este segmento de las décadas perdidas entre el 2014 y el 2024 es un segundo grupo producto de fallas y retrasos en el sistema costarricense.

El grupo anterior a este, es decir las primeras décadas perdidas se remontan a los años 70s 80s y 90s en las cuales Costa Rica fracasó con un fenómeno de cambio en su modelo económico influenciado por Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en donde se promovió el “Modelo de Sustitución de Importaciones”, el cual fracasó rotundamente, contrastado con un modelo de desarrollo como lo fue el “Estado de bienestar” de las décadas pasadas. El modelo de sustitución de importaciones no tuvo éxito a razón de prácticas privadas y de carácter liberal en donde la concentración de capital extranjero, la imposibilidad del Estado para hacer más eficiente el mercado nacional y competir en mercados internacionales y numerosas prácticas de corte neoliberal como el pago de planilla con subsidios del Estado, la reducción de impuestos, premisas económicas como las ventajas comparativas y absolutas entre muchas otras, añadido a una reducción de ese Estado de Bienestar que velaba por la salud, educación y el desarrollo social, permitió condiciones fértiles para un modelo que hizo un giro de 180°, hasta la actualidad, como lo es el modelo económico neoliberal.

Aclarado esto en un contexto histórico-económico del país, encontramos que en esos años de “cambio” Costa Rica, (al igual que los demás países Latinoamericanos) quedaron rezagados en el tiempo con su desarrollo y diversificación económica, lo cual también los alejó aún más de pensar en mercados internacionales. Como resultado de este fenómeno, tenemos a una población que ronda entre los 40, 50 y 60 años que no tienen establecido bases fuertes y sólidas como: Un trabajo seguro, una carrera universitaria, habilidades blandas, un segundo idioma ect ect; que permitan el desarrollo económico de sus vidas y mejora del país y que por cierto… es la población que está más disconforme con el modelo político de nuestro país y que promueven discursos de odio, se hacen sentir en el porcentaje de abstencionismo en el país y que son muy fáciles de influenciar o que pueden caer con facilidad en discursos populistas y polarizantes. Es un fenómeno político bastante interesante para estudiar pero en este caso se mencionará brevemente.

Entendiendo esto, las “décadas perdidas contemporáneas”, para llamarlas de alguna manera (2014-2024) enfrentan la misma problemática pero en un contexto de mundo globalizado y tecnológico el cual avanza rápidamente hacia el desarrollo económico internacional.

La competitividad del país tiene que ser algo fundamental si queremos “codearnos” con economías fuertes en los mercados internacionales. La transformación digital e innovación tecnológica representa una gran oportunidad para Costa Rica de sobresalir en mercados internacionales que propicien estabilidad en el modelo económico costarricense el cual avanza a pasos de bebé comparado con el resto del mundo.

Según la OCDE, Costa Rica se encuentra en la posición 34° en temas como la conectividad, esto, amarrado a un modelo de desarrollo enfocado en la tecnología puede representar una llave hacia un modelo económico de desarrollo económico y social, el cual Costa Rica carece ya que no cuenta con una infraestructura de calidad o suficiente, la calidad al acceso de servicios públicos como el agua o la luz es lento, ineficiente y limitado, la rezagada institucionalidad con respecto a la fortaleza jurídica de algunos mercados que se encuentran inmersos en la tecnología y que Costa Rica no cuenta con regulaciones y sobre todo, el tema más importante; en el capital humano. Costa Rica no cuenta con sistemas fuertes de salud, de educación y tecnología, lo cual reafirma más la premisa de esas “décadas perdidas” de la actualidad.

La inversión costarricense en el sector social ha sido de admirar en muchos países de la región latinoamericana, los cuales quedan fascinados con la calidad del sistema de salud, el sistema educativo y social del Estado, sin embargo en la actualidad, este sistema social cuenta con algunas falencias y está quedando rezagado en el tiempo, no adaptándose a los cambios transcendentales que suceden en el mundo en un contexto internacional.

Costa Rica se encuentra en una posición económica en donde los gastos supera por mucho los ingresos, paradójicamente violentando principios básicos en materia presupuestaria como lo es el “Equilibrio presupuestario”. Este endeudamiento en el que se encuentra el país que alrededor del 61% del presupuesto nacional, es financiado por deuda, debe tornarse a un modelo económico eficiente y con una gestión financiera como eje central, es decir, hacer más eficientes y eficaces los fondos públicos del Estado.

En este matiz en el que se encuentra Costa Rica a niveles macroeconómicos, se debe de encontrar una sinergia entre lo social y económico, pero ¿Por qué? Las recientes noticias sobre los recortes económicos en temas como la educación, las becas de FODESAF, las ayudas sociales y la vivienda; han significado un duro golpe para las familias más pobres de nuestro país, es por ello que hay que encontrar la balanza entre un nivel de las finanzas públicas y nivel macroeconómico estable pero socialmente responsable.

Precisamente esta balanza que debe de existir entre lo económico y social, permite explicar el por qué el gasto social significa una inversión y, dentro de unos años, una posibilidad para lograr un mayor desarrollo económico pero; esto significa un objetivo y fenómeno de cambio en el factor social de nuestro país. Empezando por las universidades públicas.

El significado de la inversión social se tiene que ver reflejado en la satisfacción del mercado económico laboral tanto nacional como internacional, mayoritariamente en carreras STEM, es aquí donde entran las universidades públicas que, más allá de su autonomía y dependencia, deberían de girar su desarrollo a carreras relacionadas a la ingeniería tecnológica, de información o telecomunicaciones, análisis de datos, ciencias, inteligencias artificiales y de microprocesadores o softwares. El resultado de esta inversión social debe verse reflejado en la reducción del desempleo, mayoritariamente en jóvenes y mujeres, lo cual puede significar una posibilidad para Costa Rica de posicionarse en mercados demandantes e interconectados ya que la tecnología hoy en día es fundamental.

La ruta económica a la que debería aspirar Costa Rica es convertirse de una economía en la región latinoamericana de renta media a media alta y aquí la política y lo social juega un rol importante que es el de acuerpar esta iniciativa, la voluntad política de atraer inversión extranjera directa que traerá consigo trabajos con salarios competitivos a las personas y una educación la cual sepa responder a las demandas del mercado, produce todo un encadenamiento económico que puede significar a nivel macro; una posibilidad de Costa Rica de innovarse y convertirse un país de renta media alta.

Al mismo tiempo, Costa Rica debe apostar por una apertura comercial que esté abierta a la innovación y a nuevos mercados, tratar de moverse a una modernización y reforma del Estado que propicie un ambiente idóneo para la inversión. El modelo económico costarricense debe de considerar la conectividad como un elemento importante para el desarrollo económico, lo cual a su vez aumentará la productividad y propiciará mayor y mejores conocimientos. Elementos como el aumento de la producción, el dinamismo entre las importaciones y exportaciones y permitir la intromisión de la economía nacional a la economía internacional.

Este planteamiento podría significar para Costa Rica un nuevo repunte en su modelo de desarrollo económico que ha tenido hasta la actualidad. Hoy más que nunca se sabe que las finanzas públicas estatales son importantes, pero el buen desempeño de estos recursos, podrían significar una gran oportunidad para Costa Rica y así llegar a convertirse en uno de los países mayores desarrollados de la región.

Ya lo decía John F Kennedy, “No pienses qué puede hacer tu país por ti. Piensa qué puedes hacer tú por tú país”.

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