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Una educación por consolidar. Parte 2

En la edición anterior, hicimos referencia al comportamiento del padre de familia, cuya primera clase, para “hacerlo hombre”, la salida o solución era conducirlo a un prostíbulo a espalda de la madre. ¿¿Justificación?, ¿Cultura generacional, tradiciones, machismo, ausencia de una debida educación sexual?

No queda dudas que la sexualidad constituye en muchos casos un tabú, ante un desbalance descomunal de desigualdad entre géneros hombre – mujer, donde quien tenga cromosomas XX[1], siempre estará en desventaja, pero, ¿cómo lograr nivelar ese desbalance y que el fiel regrese al punto cero de la balanza?

Dos anécdotas recientes: Personas con las cuales tengo relaciones de amistad, ambas mujeres, con “historias reales” en como educan a sus hijos, y como fueron educadas.

Comencemos por esta última, «…mis padres dentro de un sinfín de consejos ante la vida, uno de ellos fue: DERECHO CIVIL: es tú problema»; en el caso de la primera (madre soltera), tres hijos, todos varones cuyas edades son 10, 14 y 16, ¿cómo los educas en el plano de la sexualidad?, les doy consejos diferentes al tener edades disimiles; ¿y en el caso del mayor con 16 años?; RESPUESTA: «¡Que choque con la realidad, en el lenguaje de la vulgaridad!»

Dos ejemplos diferentes de madres que entre una y otra habrá una diferencia de 20-30 años, (equivalente a unas 4 o 5 generaciones), cuya educación o pseudo educación quedó o quedará en manos de amistades (buenas, malas o falsas) con no necesariamente experiencias suficientes, que vienen siendo transmitidas con una base poco sólida en cuanto a información, a la que se suman consejos de retos para ambos sexos, sin la formación necesaria; por otra del ensayo – error, cuyas consecuencias no deberán ser muy halagadoras.

Por lo visto que con estas que, con estas experiencias al azar, por lo visto la sexualidad no cumplirá su propósito en función de una de sus muchas definiciones, de las cuales cito una a continuación:

Sexualidad[2], «Es una energía que nos impulsa a buscar afecto, contacto, placer, ternura e intimidad, donde influyen los pensamientos, sentimientos, acciones e interacciones y por tanto están relacionados con nuestra salud física y mental»; Y es en este sentido que la sexualidad SE EDUCA.

¿Quiénes tendrán esta responsabilidad de educar? Una vez más los padres, madres, tutores; organismos, programas educaciones especializados, departamentos con personal calificado en el campo de la sexualidad, centros de salud especializados, ¿y en cuanto a personas y profesiones vinculadas? Directivos, docentes, psicólogos, etc.

¿Y en particular en las instituciones académicas? Asignaturas como parte de la malla curricular y como eje transversal, consejerías, escuela de padres, etc.

Aunque la realidad nos denota, de que no necesariamente todos estamos debidamente preparados para transmitirlo de la mejor forma, dónde habrá más preguntas que respuestas: ¿el papá le enseña al niño, y la mamá a la niña?, ¿de que forma se los transmiten (oral, dibujos, láminas) ?, ¿las posibles sesiones se realizarán por separados con cada menor o conjunta?

El docente, ¿qué tipo de material utilizará en su clase?, ¿qué posibles respuestas dará el o la docente de serle preguntado sus experiencias personales?

Por lo visto habrá mucho en qué capacitar… Continuaremos.

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[1] Cromosoma sexual correspondiente a la mujer.

[2] Tomado de documento publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)

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