
El panorama legal en Costa Rica, no es ni parecido a lo que se observaba hace al menos unos diez años atrás.- Los Bufetes ya no son simples asociaciones de abogados que se juntaban en una simple oficina, sino que poco a poco se ha logrado percibir una especie de metamorfosis hacia empresas jurídicas verdaderamente consolidadas.- Todo esto debido a la globalización de la economía, que se ve en la obligación de realizar una transformación en los servicios legales.- Tanto es así que los llamados bufetes full law services; es decir aquellos que ofrecen diversidad de áreas de prácticas y actúan como verdaderos “Super mercados jurídicos” han encontrado en las alianzas y fusiones con especialistas por materia un manera de satisfacer la oferta y la demanda de servicios.- En ese sentido, las firmas de abogados ya no son el concepto antiguo de single practitioner, sino que se ha acuñado un concepto moderno de asociación; en donde se utilizan herramientas tecnológicas en la prestación del servicio existe mercadeo, promoción e innovación.- La visión global del negocio en la cultura legal también trae consigo cambios relevantes en la actividad jurídica. La gran mayoría de nosotros sabemos que en unos diez años aproximadamente el rol del profesional en derecho será mucho más exigente. – Por ejemplo, pocos buscarán a una especialista para que les constituya una sociedad o realizar un testamento. – Gracias a la tecnología y desarrollos en materia de inteligencia artificial, el abogado moderno será apetecido para operaciones mucho más complejas. Hoy en día nuestro país se ha visto inmerso en algunas actividades en apariencia con ciertos matices de corrupción.- A raíz de esos escándalos empresariales, es clara la necesidad de fortalecer los controles en estas áreas de una forma práctica, tanto en los bufetes como en las áreas jurídicas de las empresas sean estas públicas o privadas.- Por ello las detecciones internas dentro de las compañías para determinar fraudes o violación de normas, así como procedimientos que involucren acciones de corrupción, son factores que pesan más dentro de las compañías. Es necesario entender que las normas anticorrupción no buscan acabar con las empresas, sino enderezarlas y ponerlas en cintura.- Hay tendencias a darle mayor credibilidad a las empresas cuando tienen programas robustos anticorrupción, porque está demostrado que las empresas con el llamado nivel de cumplimiento autoimpuesto tienen menos riesgos a sufrir posibles eventos de ese tipo.- Es así que partiendo de que el ejemplo comienza en casa, es importante tomar la iniciativa y realizar un acuerdo en honor a la transparencia que involucre a oficinas de abogados, así como a empresas públicas y privadas. Lo anterior con la finalidad de promover una sólida política anticorrupción. En un escenario difícil para nuestra economía moderna siempre habrá una respuesta positiva ante la pregunta: De quién podrá defendernos? Ya que en el mercado legal costarricense siempre habrá de todo y para todos. –
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