Un desafío para el PUSC

El Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), es un partido histórico, cuya meta debería ser alcanzar el poder público y político en las elecciones nacionales del 2026, con el objetivo de desarrollar el modelo de gobierno socialcristiano que le ponga un alto a la creciente desigualdad e inseguridad que vive el país, impulsar la competitividad nacional y reformar nuestro sistema educativo.

Así las cosas, en muy poco tiempo iniciarán los procesos internos de renovación de estructuras de este partido, que culminan con la presentación de candidaturas a la Asamblea Legislativa y a la Presidencia de la República.

En ese sentido, considero que el PUSC debe diferenciarse y convertirse en una opción real que represente adecuadamente la visión del país que queremos.

No es momento de caer en luchas internas intestinas, que resultan en un debilitamiento partidario que nos desgasta de cara al proceso electoral nacional.

El PUSC no puede darse el lujo de tomar decisiones al calor de la inmediatez y simplemente actuar al tenor de una coyuntura política en particular, permeada por las luchas internas de poder.

Quienes aspiren a la candidatura a la Presidencia de la República y a la representación legislativa por el PUSC, deben dar una muestra de capacidad para dialogar, negociar, buscar consensos, pactar y avanzar en las soluciones que requiere el país.

Esas candidaturas deben dejar de lado a los aduladores y serruchapisos que siempre aparecen en las campañas políticas y eso sí, convertirse en enemigos del “no se puede” y representar esperanza, positivismo, acciones concretas y posiciones claras frente al país.

Requerimos realmente pensar y actuar por el futuro del país. Costa Rica tiene un desgaste consolidado sobre sus logros históricos y su desarrollo humano sostenible, ya son muchos los resultados negativos acumulados de quienes han gobernado en los últimos años, los datos indican que nos encontramos en un progresivo abandono del contrato social costarricense, lo cual tiene como principal consecuencia un debilitamiento en la capacidad de anticipar y resolver los problemas del país, y por tanto, sentar las bases de un futuro compartido de más bienestar y progreso para la mayor cantidad de familias costarricenses.

Son muchos los riesgos y desafíos que afronta el PUSC y por supuesto el país para las próximas elecciones nacionales y por eso, creo firmemente que quienes aspiren a alguna candidatura no pueden esperar resultados diferentes a los obtenidos durante los últimos 20 años si el planteamiento estratégico es seguir haciendo lo mismo que se ha hecho en los últimos procesos electorales internos.

¡Es tiempo de Unidad!

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