El desarrollo de Turrialba está íntimamente ligado al de su gobierno municipal y a la inserción de éste en una propuesta de desarrollo de la región. Lo que supone la creación de condiciones materiales, como el principal desafío, para el cambio en áreas que requieren mayor atención en materia de servicios e infraestructura.
Esta claro que el gobierno municipal está atrapado en prácticas y herencias que no sólo comprometen su eficiencia sino también su gobernabilidad. Más allá de examinar separadamente los estilos de gestión o el tipo de prácticas, cabe detenerse en mirar el modelo de gestión institucional en el que descansan estos comportamientos.
La práctica en la administración pública ha estado, y aún conserva el dominio por el protagonismo de la forma, la jerarquía, la norma, el procedimiento establecido, en resumen por un modelo burocrático de administración y gestión que alimenta la ineficiencia o explica gran parte de los resultados de gestiones municipales anteriores.
Los desafíos entonces pasan por replantearse el modelo dominante de gestión municipal, mirando que más allá de un cuadro de demandas insatisfechas hay una pesada carga que compromete el déficit de gobernabilidad, no por falta de recursos, sino por la poca capacidad de los gobiernos municipales de asumir sus roles para impulsar procesos de desarrollo.
Potenciar el gobierno municipal se convierte así en una tarea que tiene dos dimensiones: la primera corresponde al ámbito interno, de su organización y estructuración para asumir sus tareas y mandatos municipales y la segunda abarca un campo nuevo en la medida que no hay prácticas escritas ni fórmulas para conducirla.
El gobierno municipal debe ser capaz de asumir la conducción de procesos nuevos, como promover el desarrollo productivo, la gestión medioambiental,o bien la gestión turística, lo que implica cambiar la prioridad y visión de lo rural para alimentar un encuentro de estas iniciativas.
Para esto es importante no pasar por alto la importancia de favorecer la articulación de los distintos ámbitos institucionales locales, regionales y nacionales reconociendo que el municipio no solo requiere desplegar sus capacidades sino también encontrarse con dinámicas mayores que cruzan el desarrollo de la región.
El gobierno municipal encara el reto de superar sus tensiones y amenazas bajo un cambio en su modelo de gestión institucional. Lo que implica cambios en la forma de gestionar los servicios municipales, ingresando en otros ámbitos de la problemática local para intervenir los altos niveles de pobreza y de subdesarrollo que azotan la región.
Finalmente, el desarrollo municipal demanda de una nueva visión, dejando atrás la imagen administrativa, para sustentarse en una visión de sostenibilidad del cantón, y prestar más atención al crecimiento económico, la sociedad, conservación y explotación de los recursos y el medio ambiente.