El triunfo de Donald Trump como mandatario de los Estados Unidos, tendrá un enfoque más dirigido a la migración y los aranceles, que podrían afectar América Latina.
Esto supone, que la mayor parte de lo que afectará Latinoamérica será la política interna de Estados Unidos, las políticas económicas, como, por ejemplo: la inflación, las tasas de interés o la política comercial, al igual que las restricciones a la inmigración que la administración Trump quiere imponer en la región.
Países como México y Venezuela toman particular protagonismo. En el caso de México por ser un lugar de tránsito hacia la frontera de Estados Unidos y socio comercial; y Venezuela, por la cantidad de migrantes indocumentados de esa nacionalidad que llegan a territorio estadounidense.
Respecto a Costa Rica, nuestras autoridades deben esperar el debido momento para interactuar con el futuro Gobierno estadounidense y continuar reforzando la alianza estratégica en materia de seguridad para impedir que Costa Rica siga siendo el puente en el istmo para llevar drogas hacia el norte, y ser el imán del área que permita atraer más inversión, como también fortalecer el modelo turístico, para aumentar las visitas de ese país a este paraíso centroamericano.
Cabe destacar, que Estados Unidos es el principal emisor de turistas y de inversión extranjera directa que llega al país y es el principal socio comercial, el principal mercado de exportación y también de importación para Costa Rica.
Importante mencionar que durante la primera administración de Trump, se destacó a Costa Rica como un aliado estratégico y en este segundo mandato será una oportunidad para continuar promoviendo iniciativas de cercanía productiva y de intercambio comercial.
El eslogan político de Trump que quiere un Estados Unidos económicamente robusto tiene un impacto positivo para Costa Rica y nuestro sector exportador, porque potencia el dinamismo de nuestras exportaciones, así como una mayor estabilidad cambiaria ante un potencial fortalecimiento del dólar.
Está claro que la propuesta de Trump estará enfocada en llevar de vuelta, empleos manufactureros a EE.UU. así como recortes de impuestos para trabajadores y empresas.
Adicionalmente, ello va acompañado de una política proteccionista y aislacionista, cargada de aranceles más altos y variables por región a las importaciones, que pueden afectar muchas economías de Latinoamérica.
No obstante según expertos consultados se pronostica que el país que más se verá afectado por las políticas de Trump será México, sobre todo por la crisis migratoria y la lucha contra el crimen organizado.
Por último, los regímenes autoritarios como los de Venezuela y Nicaragua podrían ver el beneficio de un enfoque más transaccional de la política exterior, con la nueva Casa Blanca feliz de pasar por alto sus abusos antidemocráticos siempre que se reviertan las tendencias migratorias.