Trump versus el acuerdo nuclear iraní

» Por Bryan Acuña Obando - Analista Internacional

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Mientras ya se anunció que el presidente Donald Trump retira a los Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, el diario Boston Globe hizo manifiesto en una columna el 4 de mayo que el flamante ex secretario de Estado, John Kerry ha estado intentando tras las sombras de sostener el acuerdo firmado por el G5+1 con Irán, reuniéndose con el Ministro de Exteriores iraní Javad Zarif, también con el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier y con el Presidente francés Emmanuel Macron, lo que llama la atención de cómo se ha involucrado Kerry en este tema de Estado, lo que ha valido que se le acuse de gestar esfuerzos en minar las acciones del gobierno actual.

El ex secretario fue uno de los impulsores del acuerdo durante su gestión en el gobierno de Barack Obama, lo cual deja dudas desde un comienzo entre varios países de la región, principalmente Israel, que ha llamado la atención en varias oportunidades ante la posibilidad que el gobierno iraní no haya detenido realmente su producción de uranio para uso bélico.

“…Los Estados Unidos no necesitan de la posiblemente illegal diplomacia en las sombras de John Kerry sobre este mal negociado acuerdo con Irán. Él fue uno de los que han creado este desorden en primer lugar…” fueron las palabras del presidente estadounidense a través del Twitter, y las acciones que posteriormente se consideran tomar, estarían alejadas de la posición política del gobierno anterior que es sumamente criticado por parte de la gestión de Trump.

Ante esto, el presidente estadounidense manifestó tener las suficientes pruebas que la República Islámica de Irán no está cumpliendo con las pautas del acuerdo nuclear, y que ha mentido con respecto a no estar buscando desarrollar armamento nuclear. Esta afirmación podría ir de la mano con la revelación que realizó el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu donde mostró los supuestos folios de un plan nuclear del país persa para desarrollo de armamento nuclear, por lo que parte de las presiones probablemente provengan de lo revelado no a la prensa sino directamente a un intercambio de información entre Washington y Jerusalén.

Otro eje de presión que debe estar influyendo es el de Riad, ya que el gobierno de Salman y su hijo Mohammed ven la necesidad inminente de debilitar a los iraníes quienes al tener zonas con grupos controlados por ellos; Yemen (hutíes), Líbano (Hezbollah) y Siria (apoyo directo con miembros de la Guardia Revolucionaria), podrían ampliar su poderío de estar realmente desarrollando armas nucleares o al menos planeando.

Por otro lado, uno de los mayores críticos de la suspensión del acuerdo por parte de los Estados Unidos es el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) quienes además pasaron por alto las declaraciones de Netanyahu sobre la posibilidad de una violación iraní a la prohibición de desarrollo nuclear para fines bélicos, sin embargo las palabras del portavoz del Organismo; Frederik Dahl, deja ver entre líneas que todo entra en las posibilidades, la OIEA “evalúa todas las informaciones disponibles” y señaló que no es norma de la organización “discutir públicamente asuntos relacionados con dicha información”, por lo tanto dependiendo del material que el gobierno israelí facilite, sus posiciones podrían verse modificadas.

Donald Trump no cerrará cualquier posibilidad de regresar a la mesa de negociaciones, pero como buen “business man” de seguro pondrá sus cartas sobre la mesa para cambiar el rumbo que traía desde el gobierno anterior. Un acuerdo solamente con 4 de los 5 países permanentes del Consejo de Seguridad costará que sobreviva en el tiempo, puede aguantar un tiempo de este modo, pero en algún lugar se romperá el equilibrio o será roto por las circunstancias que le rodean.

Esto último se ve claro en el aumento de las tensiones en zonas donde podría desatarse un conflicto de mayor nivel, como lo es en la frontera entre Israel, Siria y Líbano. Los ataques de las últimas semanas por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) contra objetivos iraníes en Siria, sumado a las revelaciones del Premier Netanyahu con información de MOSSAD sobre el proyecto nuclear iraní y la victoria política del Hezbollah en el Líbano podrían eventualmente aumentar las posibilidades de choques indirectos entre israelíes e iraníes a través del grupo islamista en el país de los Cedros, por lo que ya el gobierno de Israel ha tomado medidas para evitar enfrentamientos en las fronteras vecinas o intentos de secuestros de civiles y soldados.

No se espera un enfrentamiento militar directo, ni tampoco una eventual invasión, lo que significaría un despliegue casi apocalíptico de soldados y fuerzas castrenses, sino escaramuzas eventuales contra fuerzas no convencionales, en un esquema casi calcado con carbón a los enfrentamientos del 2006, lo que faltaría es esperar el momento en que ocurra, entre el 12 de mayo que fue la fecha límite propuesta por Washington y el 15 de mayo que los palestinos conmemoran la Nakba y donde la campaña por parte de Hamas lleva semanas haciendo su trabajo mediático, se podría dar el detonante con algún evento particular, lo que quizás no se descifra directamente es cuál de los dos escenarios posibles será el de principal afectación, sin embargo conociendo el accionar de Hezbollah y su comportamiento mediático, procurará llevar los enfrentamientos hacia regiones civiles en el Sur libanés y aprovechar todo daño colateral para la guerra donde son expertos, la mediática.

El reto de devolver las aguas a su nivel normal parece una tarea titánica, las tensiones que desata el empoderamiento iraní en el Levante Mediterráneo y la amenaza que podría significar que este logre desarrollo nuclear que lance la región en una carrera de armas de destrucción masiva, algo que el gobierno de Trump le endosa al “maltrecho” acuerdo aprobado por el gobierno de Obama con el auspicio y labor “incansable” de John Kerry, responsabilidad que podría ser mayor si en algún momento las tensiones aumentan o se confirma que efectivamente no hubo nunca voluntad por parte de Irán de cumplir con el acuerdo, sino que se trató de una estrategia de simulación (kitman) por parte de los ayatolas o de hudna (tregua) nuclear que les permitiera de manera secreta seguir trabajando en su desarrollo en plantas escondidas, lo cual también en algún momento Israel indicó sospechar.

*El autor es colaborador del Centro Costarricense de Estudios Interdisciplinarios sobre Israel y el Medio Oriente.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.

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