Mientras el mundo centra su atención en la guerra en Ucrania, una serie de movimientos económicos por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, están reconfigurando el panorama comercial global, con implicaciones directas para economías como la de Costa Rica. La reciente imposición de aranceles del 25% a productos clave como semiconductores, acero y aluminio, pero hay otras cosas importantes como las elecciones alemanas del día 23 de Febrero donde la AfD puede girar profundamente a Europa a políticas proteccionistas que cambien afectan los sectores costarricenses.
Según un artículo de UnHerd de Yanis Varoufakis que les recomiendo leer, la estrategia arancelaria de Trump forma parte de un plan económico global destinado a fortalecer la posición de Estados Unidos en el comercio internacional. Esta política busca corregir lo que la administración percibe como desequilibrios comerciales que han desfavorecido a la industria manufacturera estadounidense durante décadas. Al imponer aranceles significativos a importaciones clave, se pretende incentivar la producción interna y reducir la dependencia de proveedores extranjeros.
Para Costa Rica, cuya economía está estrechamente vinculada a la de Estados Unidos, estas medidas tienen múltiples implicaciones: La industria de semiconductores en Costa Rica, reconocida anteriormente como un aliado estratégico en la cadena de suministro de estos componentes esenciales, enfrenta incertidumbre debido a los nuevos aranceles. Empresas tecnológicas que operan en el país podrían ver reducidas sus exportaciones al mercado estadounidense, afectando inversiones y empleo en el sector, y sabemos que Intel no es el Intel de antes pero sigo creyendo que debemos apostarle al “friendshore”, pero hacerlo ver y notar ante los ojos de Trump, y no es servilismo es realismo económico.
Los aranceles al acero y aluminio podrían encarecer productos como electrodomésticos y materiales de construcción en el mercado local, ya que las empresas importadoras trasladarían los costos adicionales a los consumidores y si creemos que esto no nos afecta, pues no lo seria si fuera que todo el consumo nuestro fuera materia prima y no producto terminado lo cual claramente encarecería los costos nacionales.
En respuesta a las amenazas arancelarias, Costa Rica ha accedido a albergar temporalmente a migrantes deportados de Estados Unidos, reteniéndolos hasta seis semanas antes de enviarlos a sus países de origen. Esta medida busca mitigar posibles sanciones comerciales y mantener una relación favorable con Washington. Y vuelo a decir que no veo que el presidente Chaves cometa un error, error seria ponerse a enfrentar una hormiga a un elefante lo cual afectaría la vida de todos nosotros.
Del artículo de Yanis Varoufakis, encuentro especialmente interesante que muchos bancos centrales están comprando a hordas oro desde hace ya bastante tiempo, eso ha provocado una salida gigante de dólares al mundo los cuales buscan refugio y lo hacen en mercados donde las tasas básicas pasivas sean altas y esto beneficie a quien coloca el dólar en ese mercado. Ahora bien si es cierto que el mismo plan de Trump es justamente eso que los bancos centrales abaraten el costo del dinero y se pueda comprar mas el MADE IN THE US.
Frente a este complejo escenario, Costa Rica puede considerar las siguientes acciones: Diversificación de Mercados: Reducir la dependencia del mercado estadounidense explorando oportunidades comerciales en otras regiones y fortaleciendo relaciones con socios actuales pero también buscando alternativas a ciertos productos manufacturados y no depender de uno o dos. Fomento de la Innovación y Competitividad: Invertir en tecnología y capacitación para mejorar la competitividad de la industria local, adaptándose a las nuevas dinámicas del comercio global. Políticas Monetarias Prudentes: El Banco Central debe mantener una vigilancia constante sobre las fluctuaciones cambiarias y estar preparado para implementar medidas que aseguren la estabilidad económica, el estado de las reservas internacionales nunca ha estado tan alto, pero cuidado que esas reservas no valgan lo mismo que valían hace años con un dólar débil frente al YUAN que podría dar la sorpresa.
Así entonces y ante la volátil administración Trump, la cual considera que, aunque la supremacía del dólar otorga poder al gobierno estadounidense, también permite que otros países lo utilicen de manera que contribuyen al declive de la manufactura en Estados Unidos. Según el artículo, Trump cree que los bancos centrales extranjeros acumulan dólares para mantener sus propias monedas devaluadas, lo que favorece sus exportaciones hacia EE.UU. y perpetúa un ciclo en el que estos dólares se reinvierten en deuda estadounidense. Para contrarrestar este fenómeno, Trump propone la imposición de aranceles como una herramienta para reducir las importaciones y revitalizar la industria nacional, buscando reequilibrar las relaciones comerciales y fortalecer la economía interna y esto debe ser tomado en cuenta por nuestra administración en el manejo de nuestra economía en tiempos convulsos.