La República Islámica de Irán atribuyó el atentado terrorista del sábado 22 de setiembre contra la ciudad de Ahvaz que cobró la vida de casi 30 personas y al menos 60 heridos al Reino de Arabia Saudita, y también señaló a los Estados Unidos. En el caso del primero no sería descabellado pensar que el gobierno del Rey Salman esté involucrado para continuar con la lucha ideológica que enfrenta contra este país, sin embargo en el caso norteamericano no se puede afirmar ni descartar; al final de cuentas en la realidad actual, echar mano de los actores no estatales, principalmente “soldados informales” en el marco de la guerra híbrida, es una estrategia para generar golpes puntuales y causar un poco de desorden momentáneo, en especial cuando la coyuntura alrededor necesita de un movimiento fuerte que desvíe la atención de otras circunstancias alrededor.
Sin embargo por el momento sería adecuado descartar la participación del gobierno de Donald Trump en este ataque contra militares y civiles iraníes, ya que es más apegado al modo de operar de los grupos islámico radicales, principalmente los que comparten la doctrina del “Takfirismo”, acusando a musulmanes que no tienen sus creencias similares de apóstatas y en este caso tan particular, la forma de actuar posee la firma del DAESH, lo que no quiere decir necesariamente que sean soldados reclutados o formados directamente por ellos, sino convencidos a través de los canales de adoctrinamiento que utilizan principalmente con fieles sunitas en distintas partes del mundo.
Este tipo de ataque tan peculiar y que pareciera “poco estructurado”, poco sensacionalista a veces aunque altamente efectivo. Y no es en todos los casos que se transforman en acciones altamente letales, pero sí son efectivos en lograr un impacto desde el punto de vista de los medios y la opinión pública.
Para adentrarse un poco más a este tipo de acciones de grupos radicales islamistas; y en el particular de esta organización, es elemental poder leer la propaganda que hacen en redes (principalmente clandestinas) los miembros encargados de la propaganda. En algún momento lo hacían por medio de revistas “especializadas para guerreros santos”; DABIQ y Rumiyah, en la actualidad tienen otro tipo de canales de distribución de propaganda por medio de clérigos que están radicalizados en sus discursos o a través de redes de información muy puntuales.
En las revistas citadas anteriormente se recomendaban usos operativos de ataques a través de los denominados “lobos solitarios”, por medio de herramientas comunes, como ataques con cuchillos, hachas, atropellos, etc. que no necesariamente va a ejecutar una enorme cantidad de muertos, pero sí impactaría a nivel de los medios de comunicación.
En el caso del atentado del sábado, y en el anterior ejecutado contra el Parlamento Iraní y contra el mausoleo de Jomeini, tienen como interés golpear símbolos del gobierno y del liderazgo iraní, entran en el corazón mismo del país para inestabilizarlo y sacarlo momentáneamente de las acciones de política exterior en regiones del Medio Oriente, lo que podrían eventualmente presionar desde el interior ya que la población iraní es muy crítica de la intromisión en asuntos exteriores por parte del régimen, la agenda interna sufre problemas profundos, pero al parecer la que manejan los Ayatolas va por otro camino, concentrado en las alianzas político militares a nivel exterior, manteniendo la incertidumbre entre las relaciones del clero y el aparato militar con respecto a la población que quiere una solución a sus problemas locales.
Mientras que en alusión a los ataques terroristas del sábado, el canciller iraní, Javad Zarif amenazó con una respuesta rápida y contundente, lo que podría significar más enfrentamientos o atentados a través ahora de la milicia pro iraní de Hezbolá contra objetivos en este caso sauditas principalmente, ya que con los norteamericanos podría haber un poco de mesura para evitar una escalada mayor.
Sin embargo, contra los saudíes sí tendrán una reacción inminente por parte del gobierno de Teherán en alguno de los frentes donde se enfrentan directa o indirectamente, o a través del uso del terrorismo o de la lucha irregular de guerras proxy que se ejecutan en la actualidad en los conflictos internacionales de alto desgaste.
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