El panorama de la economía nacional muestra señales favorables que deben despertar el optimismo de todos los sectores. Esto se respalda por los informes y estadísticas de organismos internacionales como Cepal, que proyecta una aceleración en el crecimiento económico nacional para 2016 que alcance niveles del 4,3%, impulsado principalmente por las actividades agrícolas y de manufactura, y que se contrapone con la proyección para América Latina y el Caribe, pues se estima una contracción del -0,8%. Esta tendencia de crecimiento ha venido en aumento desde 2014, cuando se registró un 3% y en 2015 con un 3,7%.
A pesar de impactos fuertes como la salida de la manufactura de Intel y de la caída en las exportaciones; el consumo de los hogares y la inversión fueron quienes impulsaron la actividad económica: el motor interno de nuestra economía se aceleró y compensó con creces lo que el motor externo dejó de generar. Siguiendo con el estudio de Cepal, se indica que el consumo se expandió un 4,1%, favorecido por un mayor poder de compra, mientras que la inversión bruta fija creció 8,3%, alentada por la inversión pública en infraestructura e inversión privada en bienes raíces. Aunado a todo lo anterior, el sector servicios registró una expansión anual del 4,6% mientras que los establecimientos financieros, seguros e inmuebles crecieron un 7,4% y transporte y comunicaciones un 7,8%.
El Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) registró en los primeros cuatro meses del 2016 niveles superiores al 5% (el último dato disponible a mayo de 2016 es del 5,4%), lo cual no se lograba desde hace casi tres años. La inflación acumula un año con valores levemente por encima del 0%, hecho que se explica en parte por la bonanza de los precios internacionales del petróleo y sus derivados, así como también por el esfuerzo nacional por mantener y reducir los niveles de precios de servicios regulados como la energía eléctrica.
Otros resultados positivos se contabilizan en el crédito productivo y de desarrollo. Con la reforma a la ley del Sistema Banca de Desarrollo se ha logrado dinamizar y expandir las colocaciones de créditos como nunca antes. Al 31 de diciembre de 2015 se logró registrar una colocación acumulada histórica en créditos de más de ¢199.000 millones y un saldo de cartera (saldo de los prestamos luego de las recuperaciones) por la suma de ¢135.000 millones de colones. Sólo en el 2015 se formalizaron más de ¢127.000 millones, los cuales se canalizaron a micro, pequeños y medianos productores de todo el país de distintas actividades económicas. El SBD ha impulsado el acceso al crédito a través de tasas de interés de mercado competitivas (el impacto en la reducción de la Tasa de Interés, es significativo, en algunos casos el costo actual del fondeo es la tercera parte de lo que se cobraba antes de la entrada en vigencia de la reforma de Ley), que contribuyen a un mayor acceso de beneficiarios de la Ley 9274 y en condiciones que mejoran la rentabilidad de sus proyectos productivos.
Las estadísticas en turismo también son alentadoras. El ICT, encabezado por el Ministro Ventura y a la promoción internacional del país que ha hecho el mismo señor Presidente en sus distintas misiones, se ha logrado atraer nuevas líneas aéreas, así como aumentar las conexiones existentes. Según información dada a conocer por el ICT en días recientes, las llegadas internacionales por vía aérea crecieron un 16,8% impulsadas principalmente por el arribo de visitantes de Estados Unidos y del Reino Unido.
Todos estos resultados evidencian el horizonte favorable para la economía costarricense, así como las acertadas decisiones que se han tomado desde el Poder Ejecutivo para aprovechar los elementos coyunturales positivos y potenciarlos en favor del crecimiento nacional. Sin embargo, un indicador macroeconómico aún da señales de alerta y deber ser atendido con prontitud mediante reformas legislativas: el déficit fiscal.
Como bien señaló el señor Vicepresidente y Ministro de Hacienda Helio Fallas, si el problema del déficit no es atendido con urgencia, existe la posibilidad de que sus efectos permeen otros indicadores económicos que hoy presentan buenos niveles, tales como las tasas de interés, el gasto público y crecimiento económico. En este sentido, es importante reconocer el esfuerzo que ha hecho la Asamblea Legislativa por trabajar con proyectos clave, tal como la reciente aprobación del expediente 19 661 de la reforma a la normativa de los regímenes especiales de pensiones con cargo al presupuesto nacional. A pesar de ello, es necesario avanzar en la discusión y aprobación de proyectos como el de lucha contra el fraude fiscal, exenciones, valor agregado e impuesto de renta, empleo público, por mencionar algunos, para así enfrentar el problema desde sus múltiples y complejas aristas.
Los actores políticos inmersos en esta discusión tienen la oportunidad histórica de aprovechar el buen momento que está experimentando la economía nacional para concretar reformas profundas y sustanciales, que garanticen la estabilidad y funcionalidad del Estado Costarricense. Volver a fracasar en esta discusión y relegar la tarea a una próxima administración es un escenario sumamente riesgoso, sobretodo porque entre más se postergue el ajuste, más duras serán las medidas que tendrán que tomarse para sanear las finanzas públicas.
