
Brenda Alvarado Aguilar*
El caso del acoso callejero y la denuncia por el joven Gerardo Cruz conmociona al pueblo costarricense; se convirtió en una arena que hasta el momento no ha dejado las mejores enseñanzas
¿Qué debemos hacer en casos como estos? Sencillo, NO denunciar, como sociedad nos debemos someter a lo dictado. Se nos brinda todo lo necesario para poder comprender que no podemos jugar a justicieros trasnochados y debemos evitar jugar de valientes; porque como es utilizado en lenguaje popular, el que juega de redentor sale crucificado; irónico juego de palabras.
Me atrevo a aseverar que lo anterior, es el axioma que llega a la colectividad; ser pasivos y callar. Qué triste como se manipula a las personas, qué triste como las palabras mal utilizadas pueden causar tanta desinformación y desasosiego en las personas.
Lo que los noticieros y demás medios transmiten, llega a las y los ciudadanos como un no denuncien y en los más osados, como un sigamos el ejemplo de Gerardo; pero no se termina la frase. El mensaje, puede ser conciso, aunque se utilice voz negativa, NO DENUNCIEN DE LA FORMA en que lo hizo este joven, las redes sociales no son un medio de denuncia efectivo legalmente. La búsqueda de justicia, el discurso de la inseguridad, nos ciega, y no lo culpo, no queda más que buscar medios de denuncia aparentemente efectivos; aunque sea en un lugar en donde no importan razones no importan derechos, el que nos parezca culpable de un acto reprochable lo hacemos acreedor del odio social y sus consecuencias.
Si realmente queremos justicia, denunciemos, defendamos, no nos quedemos callados, pero no cometamos el error de Cruz, las redes sociales no son instancias de justicia legalmente efectivas. Dejemos de jugar de inquisidores en redes sociales, nos gusta perseguir, señalar y castigar a dedo. No se nos olvide, vivimos en un Estado de Derecho, todos tenemos derecho a un debido proceso, a la presunción de inocencia, entre otros derechos como lo es la protección a la imagen, es el costo que pagamos por nuestra propia tranquilidad. Qué pasa si el día de mañana usted o yo somos víctima de uno de los juicios que existen en redes, y nos “queman” a nivel nacional e internacional, pero en este caso hipotético, por un acto que se nos acusa sin contar con pruebas suficientes.
Los medios de comunicación masiva tienen la facilidad de llegar a la población sin restricción y tienen el poder de influir en la población. Sin embargo, a los medios se les olvida informar en pro de la educación de las personas e influir de manera positiva; parafraseó a Al Gore ” si sangra manda”, los medios buscan vender, vaya campaña; tristemente lo único que se logra es debilitar el sistema de justicia, se hace creer que estamos en un país “ingobernable”, falto de legislación.
Joven noble, víctima del discurso matutino; el país se nos escapa de las manos, tenemos el deber de tomar la justicia por nuestra cuenta. NO señores, nos distraen, la justicia no nos corresponde, queremos justicia, accedamos a ella de la manera correcta y no seamos víctimas de la desinformación.
Soy mujer, no reprendo al joven sus intenciones reprendo el mecanismo de acción para denunciar. Le reprocho a los medios de comunicación y al Estado Costarricense. Por la desconfianza en la justicia, la desinformación de las maneras correctas de denunciar, por la deuda del Estado con acciones en busca de la igualdad, necesitamos legislación actualizada, pero más importante que eso ocupamos educación, hoy como ciudadana costarricense demando que el problema sea abordado de manera estructural; por una educación en comunión con la igualdad de género y el respeto.
*Abogada
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