En la antesala de la Asamblea General del Partido Liberación Nacional, siento la necesidad de compartir algunas reflexiones que considero cruciales para el bienestar y futuro de nuestra organización política. Es innegable que, tras las últimas décadas, el partido enfrenta el desafío urgente de renovarse y modernizarse para estar a la altura de las demandas del Siglo XXI. No podemos seguir anclados a tradiciones obsoletas ni a liderazgos que, por más valiosos que hayan sido, parecen haber llegado al final de su ciclo natural.
La actualidad exige cambios profundos, tanto en nuestra estructura representativa como en la forma en que se seleccionan los delegados. El relevo generacional es una realidad ineludible que debe ser afrontada con seriedad y responsabilidad.
En este sentido, y como un gesto simbólico de la magnitud de los cambios que nuestra colectividad política requiere, hago un llamado respetuoso al actual Comité Ejecutivo para que presente su renuncia en pleno, de manera irrevocable. Esta acción no solo sería un mensaje potente para el Partido, sino también para la ciudadanía que observa con expectativa nuestras decisiones.
Adicionalmente, de cara al año electoral 2026, es imperativo que el Partido Liberación Nacional asuma un compromiso inquebrantable con la transparencia y la honestidad en todas sus acciones y decisiones. La confianza del electorado no puede ser ganada sin una clara demostración de principios éticos sólidos, tanto en el proceso de selección de candidaturas como en la ejecución de nuestra agenda política. La apertura al diálogo, la rendición de cuentas y la integridad deben ser los pilares sobre los cuales el partido se apoye para enfrentar con éxito los desafíos electorales venideros.
Estoy convencido de que quienes han guiado al partido hasta ahora actuarán con la conciencia tranquila de haber hecho su parte y, al mismo tiempo, con la grandeza de permitir que nuevas ideas y liderazgos tomen el relevo. Renunciar, lejos de ser una derrota, es un acto de profunda responsabilidad y honor. Es, además, una muestra de respeto hacia uno mismo y hacia la organización, que hoy más que nunca clama por una renovación.
En tiempos donde el cambio y la renovación se tornan imprescindibles, el Partido Liberación Nacional enfrenta el reto de replantear sus bases y valores para estar en sintonía con las demandas de una sociedad en evolución. La transparencia y la honestidad serán claves para que la organización se mantenga como un referente político en Costa Rica, de cara a las elecciones de 2026.
