El pasado 02 de mayo el Presidente saliente le brinda a la Asamblea Legislativa –y por antonomasia al pueblo- su último Informe de Labores; algunos llaman a esto rendición de cuentas, y para otros fue un simple discurso. En fin, lo que queda generalmente evidenciado en este acto establecido por la Constitución y Reglamento Legislativo son dos tendencias: por un lado, siempre que un Presidente de la República brinda ante este órgano se genera una serie de reacciones: los diputados oficialistas tratan de defender la forma y el fondo del Informe y los de oposición atacarlo.
La otra situación es que estos informes se convierten en una oda de flores hacia la gestión presidencial; usted no escuchará a un Mandatario hablar sobre lo mal que marcha su administración y si mencionara alguna falencia, responsabilizará a los diputados de oposición o algún otro sector, o a los medios por su labor de crítica.
Y con este Informe último no ha sido la excepción; independientemente de que el Presidente saliente haya sido omiso sobre la tasa de desempleo histórica, la tasa de homicidios –por encima de lo que la OMS considera epidemia-, sobre el déficit fiscal más alto de este Siglo y sobre el “Cementazo”, nos brindó un “resumen ejecutivo” enfocado en lo que llamó los “100 logros de su Administración” –en la página de Casa Presidencial se lee “100 hitos”.
Hay que decirlo contundentemente, cuando nos menciona, a manera de ejemplos de estos “100 hitos”:
- Designamos el primer Comisionado Presidencial para la Afrodescendencia y emitimos el Plan Nacional para personas Afrodescendientes 2015-2018.
- Impulsamos la Ley para la Autonomía Personal de las Personas con Discapacidad, que les devuelve la plena ciudadanía.
- Elaboramos la primera política pública de Economía Social Solidaria
- Restablecimos la aplicación de la Fecundación in Vitro.
- Por primera vez en la historia el país cuenta con una Agenda Nacional de Evaluaciones (ANE) que acompaña al Plan Nacional de Desarrollo.
- Declaramos a los ríos Savegre y Pacuare ríos prístinos e impedimos el desarrollo de actividades productivas por 30 años.
- Declaramos Santuario de Tiburones a las áreas de humedal y áreas silvestres protegidas con litoral o espejo de agua marina en el Golfo Dulce.
Uno queda con la sensación de “¿y qué?”; quizás para ciertos sectores estos logros fueron determinantes o en algo empuja su calidad de vida en el quehacer diario, pero ¿qué pasa con el grueso de la población?
Eso sí, punto y aparte fue la forma oportuna y exitosa con que el señor presidente hizo frente a las dos catástrofes atmosféricas que sufrimos –huracán Otto, Tormenta Nate- en menos de un año.
Pero, ¿cómo este Gobierno nos ha ayudado a mejorar nuestra condición de vida? ¿Independientemente que su logro 3 indica una inflación casi en cero durante su gestión, sentimos que la vida está más cara? ¿Por qué a pesar de lo enunciado como logro 6 sobre desarrollo tecnológico para mejorar el cobro de impuestos a grandes contribuyentes, todavía percibimos que, con este llamado plan fiscal, vamos a pagar más de nuestras posibilidades?; ¿por qué si como logro 23 da certeza de “una disminución histórica de la pobreza en el país”, yo sigo viendo los mismos ranchos en zonas del área Metropolitana y más indigentes en las calles de San José?; ¿cómo es que a pesar de los logros del 35 al 38 que se refieren a materia de seguridad ciudadana, hoy me siento indefenso ante los delincuentes, mañana, tarde y noche?
Y no sólo eso estimado lector, voy más allá: la pregunta que hay que hacerse es ¿a qué deberían los Presidentes –en adelante y los que hemos tenido este Siglo -llamar “logro”? Es decir, cuando este u otro Presidente nos ha dicho que asfaltaron cientos de kilómetros, uno se pregunta si es lo mínimo que cualquier Gobierno debería hacer; para eso están los miles de millones destinados al MOPT y a sus dependencias.
¿Cómo sé que el logro 42 “En la CCSS implementamos la versión digital de la orden patronal, eliminamos el carné de asegurado y digitalizamos las boletas de incapacidad y licencias” fue una acción determinante del Presidente saliente y las autoridades nombradas por él para que esto se diera?, o ¿igual se hubiera materializado haya sido él o cualquier otra persona en el poder? Al final hay que aceptarlo: la Administración Pública ha llevado desde hace años un derrotero sea quien sea el que haya llegado a la Presidencia.
En otras palabras, un logro no es entregar millones de colones para ayudas sociales o en bonos de vivienda; el logro es que estas ayudas lleguen a las personas que realmente necesitan sin que se la roben en el transcurso del papeleo administrativo que eso conlleva; el logro está en determinar con números o datos reales cómo permitió estás ayudas mejorar la calidad de vida de los receptores.
Hagamos el ejercicio en adelante con el Presidente entrante.
Mientras tanto, con este último Informe se despide el Big Chief; no sé usted, pero a mí me dejó ese sinsabor y la sensación que quedó debiendo, que esos “100 hitos” no impactaron.
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