Banca y Finanzas es un sector único y fascinante dentro del mundo de los negocios. Es de los pocos sectores en donde se ha realizado tanta investigación rigurosa, y producido herramientas como modelos prácticos.
Las entidades y los mercados financieros desempeñan un papel fundamental en las economías desarrolladas. Proporcionan créditos a los hogares y las empresas. Permiten a los particulares ahorrar e invertir en su futuro y canalizan el ahorro en apoyo de la economía.
Cabe mencionar que ayudan a las empresas y a las familias a protegerse contra los riesgos y a mejorar su gestión, además de facilitar los pagos. Al desempeñar estas funciones clave, un sistema financiero que funcione debidamente, contribuye a la prosperidad, la estabilidad y el crecimiento económicos. Por el contrario, cualquier fallo en su funcionamiento puede tener profundas consecuencias negativas para el conjunto de la economía.
Los mercados financieros están estrechamente integrados: la reciente crisis ha puesto de manifiesto que ningún Estado puede por sí solo gestionar el sector y supervisar los riesgos para la estabilidad financiera.
A raíz de la crisis, los países desarrollados han emprendido una ambiciosa reforma de la normativa financiera, con el objetivo de restablecer la estabilidad y construir un sistema financiero sólido y resistente al servicio de la economía, que refuerce su capacidad para hacer frente a futuras turbulencias.
Reforzar la resistencia y la salud financiera de los bancos más grandes e importantes permitirá garantizar que los contribuyentes no terminen pagando por los errores de los bancos, en particular por los excesivos riesgos asumidos como con el caso del extinto Banco Crédito Agrícola de Cartago y ahora Coopeservidores.
Sin duda alguna una quiebra bancaria puede ser perjudicial para la hacienda pública y la economía. Fomentar un sistema financiero sano promueve el desarrollo económico de un país porque permite la inversión de capital hacia actividades productivas, como la construcción, la industria, tecnología y la expansión de los mercados.
Los productos y servicios que ofrece el sistema financiero afectan directamente la vida de todos los agentes que participan en él, lo que obliga al Estado a realizar una vigilancia a través de normas y regulaciones, otorgando confianza a la sociedad y estabilidad a la economía en general.
La función del sistema financiero consiste en canalizar el ahorro que generan las unidades económicas con superávit hacia el gasto de las unidades económicas con déficit. Este gasto puede materializarse en inversiones o en actividades de mero consumo.
Por último, en esta evolución destaca el fenómeno de fusión de entidades y de su inserción (sobre todo bancos) en el marco de la economía global y multinacional, típica de nuestra época. Esta inserción se realiza mediante las participaciones recíprocas de capital y a través de acuerdos de colaboración.
