Sin la explotación de gas natural, Costa Rica pierde

Natalia Diaz, diputada del Movimiento Libertario. Foto: Mauricio Muñoz

El gas natural es actualmente la tercera fuente de energía del mundo, detrás del petróleo y del carbón. Sin embargo, esta situación está cambiando porque la gran mayoría de las organizaciones especialistas en este campo, en el mundo, (International Energy Agency, World Energy Council, U.S. Energy Information Administration, gobiernos y empresas energéticas, entre muchas otras organizaciones) están proyectando que el gas natural no solamente estará impulsando la transición energética mundial en materia de combustibles, sino que también desplazará al petróleo de su primer lugar como fuente de energía, en el futuro.

Lo anterior debido a que el gas es abundante, mucho más barato y ambientalmente más amigable que el petróleo. También porque puede sustituir a los derivados de petróleo en prácticamente todos los usos energéticos y en muchos sectores, tales como transporte, industria, comercio, servicios, residencial, agrícola y generación eléctrica; igualmente, en la producción de miles de productos no energéticos como los plásticos, los textiles, los fertilizantes, entre muchos otros.

En una gran cantidad de ciudades del mundo, los autobuses usan gas natural en lugar de diésel, lo que reduce significativamente las tarifas y la contaminación que afecta la salud de las personas y el ambiente en general. Esto lo podríamos hacer en Costa Rica muy rápidamente con la instalación de un kit de conversión dual en los motores diésel de los buses actuales para beneficio de los usuarios, la salud y del ambiente.

Como la energía es el motor de una economía, las condiciones de su disponibilidad y suministro son claves para el bienestar económico y social. Los países que no incorporen el gas natural en su matriz energética tendrán energía más cara y, consecuentemente, una importante desventaja competitiva que afectará su desarrollo. En otras palabras, la introducción del gas en nuestra matriz energética es un tema clave porque reduciría significativamente los costos de la energía en el país y aumentaría la competitividad nacional para potenciar nuestro desarrollo.

La explotación del gas natural nacional reduciría significativamente nuestra altísima y cara dependencia del petróleo producido y refinado en el extranjero.

Hoy en día pagamos enormes sumas de dinero por las crecientes importaciones petroleras (que incluyen todas las actividades de exploración, producción y refinación realizadas en el extranjero), por el transporte marítimo desde el país de origen y una enorme carga fiscal. Además, toda esta riqueza se queda en el extranjero. El gas natural reduciría, en gran medida, todos estos pagos al extranjero y esos recursos podrían utilizarse para reducir el déficit fiscal, amortizar la deuda, construir carreteras, hospitales, escuelas, colegios, ferrocarriles de alta velocidad, financiar la transición energética hacia nuevas fuentes de energía, entre otras cosas.

Por otra parte, el gas también aumentaría significativamente el empleo en el país, tanto directa como indirectamente; en lugar de contribuir, como lo hacemos hoy con nuestras crecientes importaciones de derivados de petróleo, a generar una gran cantidad de empleo bien remunerado en el extranjero.

Desde el punto de vista ambiental, el gas contribuiría a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y de otros gases contaminantes y partículas (hollín) porque sustituiría a los derivados de petróleo importados que generan muchas más emisiones muy dañinas para la salud.

En el mundo, este recurso está potenciando el desarrollo de las energías renovables en el sector eléctrico, como fuente de energía firme de respaldo. Las energías renovables no son firmes, debido a la variabilidad durante el día o entre estaciones climáticas; por lo que alguna otra fuente de energía firme, como el gas natural, debe respaldar el sistema para no tener “apagones”. Este respaldo energético se da actualmente en Costa Rica con búnker y diésel caros e importados, pero perfectamente podría hacerse con gas, como se hace en muchos otros países. Por estas razones, se le llama también la fuente de energía limpia “hermana” de las energías renovables. No es el búnker y el diésel que usamos en Costa Rica, y que no son nuestros, los que tienen esta connotación.

Sin gas natural, Costa Rica pierde por todo lado, ya que será la principal fuente de energía del mundo en el futuro.

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