¡Ah, Juan Carlos Hidalgo! ¿Quién te viera y quién te ve? ¿No eras vos el flamante liberal, el adalid del Partido Liberal Progresista, el que criticaba el status quo y clamaba por la apertura y la competencia? Ahora, al mando del PUSC, te has convertido en todo lo que decías combatir. ¡Qué irónico!
Te leo y me pregunto, ¿cómo es posible que un liberal puro y duro, que tanto abogaba por la libertad de elección y la competencia, ahora se aferre al control, imponiendo requisitos y cerrando puertas? Decís que los nuevos aspirantes deben tener “méritos”, pero, ¿qué méritos tenías vos cuando saltaste de un partido a otro, como si fueran cambios de camiseta en un partido de fútbol?, y no me quejo yo también tengo mi propia colección. ¡Ah, la coherencia, Juan Carlos, la coherencia!
Pero entiendo, tal vez sientas que tu trono tambalea. ¿Luis Amador? Ese sí que te quita el sueño. Un tipo que se ha ganado el cariño de la gente, que ha demostrado capacidad en el ruedo, y que ahora amenaza con robarte el protagonismo. Pero en lugar de competir, de medirte en buena lid, decidís cerrar el portón del partido y dejarlo fuera. ¡Bravo! ¡Qué liberalismo tan auténtico!
Mira, Juan Carlos, si tenes miedo, compra un perro. Si no puedes lidiar con la competencia, ¿qué haces en la política? No es la primera vez que un partido crece abriendo sus puertas, permitiendo que nuevos rostros, con ideas frescas y populares o como crees que se ganaron algunas elecciones desde Carazo, el partido necesita personas que se sumen al proyecto. Pero vos, en cambio, te aferras al control, al poder, como si temieras que cualquier sombra te haga desaparecer.
Y ahora, con la posible imposibilidad de que Amador sea candidato presidencial, ¿cuál será su destino? ¡Ah, claro! Ser precandidato a diputado, compartiendo con Leslye Bojorges. Ay Juan Ca esta estrategia te sumó dos contrincantes en la misma acera. ¡Qué degradación todo este show para alguien que podría revitalizar a un partido que lo necesita!
Todo porque el señor presidente del PUSC decide quién tiene “méritos” y quién no.
Decís que Amador hizo declaraciones “desafortunadas y oportunistas”. Pero, Juan Carlos, ¿no es aún más desafortunado el oportunismo de quien se adueña de un partido y lo maneja a su antojo, cerrando puertas a quienes podrían darle un nuevo aire?
Si en verdad querés que el PUSC crezca, abre las puertas, deja que la competencia fluya. Pero si preferís mantener el control a costa de todo, entonces no te quejes cuando el partido siga perdiendo relevancia. Recuerda, Juan Carlos, un partido cerrado no es más que un club privado, y la política no debería ser eso. La verdadera grandeza no se mide en el control, sino en la capacidad de atraer y retener a los mejores. ¿Te atreverás a hacerlo?
