La señora diputada Sofia Guillén, exhibiendo sus aires de juventud, nos recrea la imaginación, (por mero cálculo político diría yo;) y por sus ganas de querer hacer click con los jóvenes que trabajan en los diferentes call centers de Costa Rica; nos pinta un panorama ilustrativo de que; personas que trabajan 12 horas al día, son tentados a utilizar drogas fuertes como la cocaína u otros tipos de sustancias ilícitas.
Aduce la señora diputada, que una generación, (supuestamente su generación), está destruida física y mentalmente por el trabajo en exceso…
Presume, específicamente que dos de sus amigos utilizan cocaína para poder resistir sus 8 horas de trabajo en el call center en jornada nocturna.
Su juventud, e impericia hace que la señora diputada le dé una bofetada a todas las generaciones anteriores a ella. Le dé una bofetada a todas las mujeres que son las primeras que se despiertan en sus hogares, tengan o no hijos; que se van a trabajar; siendo las últimas en acostarse por todo el trabajo que hacen en sus hogares, aparte de las que van a trabajar sus 8 horas diarias externamente.
Actualmente, nunca he escuchado de ninguna “pandemia” de amas de casa que sean cocainómanas.
Mi abuelo campesino, trabajó desde antes de los 10 años, con jornadas desde antes de salir el sol, hasta adentrada la tarde noche con jornadas de más 12 horas de trabajo como lo hacía cualquier jornalero, costarricense. Y dejó de trabajar hasta alrededor de los 80 años, muriendo años después a la edad de 91 años, sin haber tenido vacaciones. Nunca escuché a mi abuela referirse a ninguna queja del abuelo; mucho menos el internarse por su “adicción” a las drogas fuertes, por lo mucho que trabaja.
Le recuerdo a la señora diputada que así fue como se hizo esta nación, con trabajo arduo, de dura tesón, con personas ejemplares de fecunda labor, donde ella y su grupo de progres se benefician del buen vivir.
En nuestra historia patria, hombres y mujeres metieron sus manos hasta el fondo de la tierra, volcando montaña, rompiendo y abriendo senderos para sembrar y cosechar frutos; para construir carreteras y acercar pueblos distantes… para disfrutar de lo que hoy gozamos…. No he sabido hasta la fecha, de que algún historiador hiciera mención o queja alguna por la bendición de poder trabajar. El problema radicaba en estar enfermos; y no poder trabajar.
Entiendo perfectamente por qué señora diputada no quiere denunciar a sus amigos que utilizan c0caína para poder trabajar. Porque evidentemente, es un acto ilegal… Me imagino que nunca les recomendaría la visita a una iglesia, de cualquier denominación, la búsqueda de Dios, o una guía espiritual, ya que su ideología se ha caracterizado por destruir todo lo que tenga que ver con el ser espiritual. Que lo diga yo, que vi con mis propios ojos como el dictador rumano Nicolae Ceucescu, no dejó piedra sobre piedra en cientos de iglesias centenarias ortodoxas, católicas, protestantes, templos judíos etc, para darle paso a la modernidad comunista. Destruyó un tercio del Bucarest antiguo para construir su ciudad de Grandomania, La Casa del Pueblo.
Le recomiendo que antes de poner a sus amigos como ejemplo de una Costa Rica, de una juventud haciendo una generalidad torcida, de esa que no existe masivamente en nuestra patria (la que indica en su argumento: trabaja para pagar su cocaína diaria); corrija su retórico control político y no mancille a la gente trabajadora que ejerce sus funciones para poder tener sus gastos de una vida totalmente normal, y honorable. Es un sinsentido y una excusa falaz que la ideología del grupo político Frente Amplio nos quieren brindar.
¡Urgente!, lleve a sus amigos cocainómanos a una ONG u hospital para que se desintoxiquen… no sea que en estado alterado de conciencia estos amigos suyos causen un accidente…
Señora Guillén, entiendo su necesidad a la “desesperada” de buscar argumentos contra el proyecto de ley de las jornadas 4×3, pero por favor, no insulte nuestra inteligencia, ni a todos los costarricenses que somos, que fueron y que están por venir, con que, según usted, toda una generación de costarricenses está destrozada física y mentalmente, y que utilizan drogas para poder llevar la carga laboral. ¡Qué pena por usted… deja mucho que desear!
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