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Seguros y solidaridad: de la mano por el desarrollo del país

» Por Georgina Díaz Sánchez - Gerente de la Sociedad de Seguros de Vida

Hoy más que nunca se requiere de una sociedad solidaria. En medio de incertidumbre e inseguridad es necesario tener una dosis diaria de esperanza y eso, lo podemos obtener juntos usando como vehículo la solidaridad.

Precisamente en el marco de la celebración del Día Internacional de la Solidaridad este 31 de agosto y por la experiencia de nuestra institución, no podemos dejar de hacer un llamado para que vivamos este valor cada vez más.

La complicada situación económica ha pasado, de una manera u otra, la factura a todos afectando especialmente a las personas vulnerables de la sociedad y en este escenario parecería que dejar un legado de aporte económico a la familia es una meta lejana.

Aquí es donde la figura de los seguros toma relevancia como un aliado, basados justamente en un modelo de solidaridad. A pesar de que en Costa Rica no existe una cultura que tiene como prioridad a esta herramienta, existen miles de historias de personas que demuestran su gran valor.

En nuestro caso específico, a través de la póliza mutual de vida que cubre a todos los trabajadores de la educación, sabemos de más de 22.000 familias que en 101 años han recibido un apoyo económico tras la muerte de su ser querido asociado a nuestra institución.

El dinero desembolsado, que a hoy son ¢27 millones por asociado, no solo significa una inyección importante a los beneficiarios y la economía en general, sino tranquilidad, estabilidad y un impulso que ha sido cultivado durante toda una vida.

Nuestro modelo, que es único en la región, cree firmemente en la solidaridad y bajo este principio ha logrado consolidarse en un siglo, ofreciendo confianza a cambio de una cuota mensual solidaria aportada igualitariamente por todos; la cual es otorgada en momentos de dificultad a sus beneficiarios, sin discriminar en edad, ubicación geográfica, cantidad de pagos realizados, ni causas de fallecimiento.

De esta manera, cada uno de los 178.000 asociados ha puesto un granito de arena en beneficio de los demás integrantes del gremio, coadyuvando así a que en momentos adversos todos los familiares se vean beneficiados. Así como al acceso a beneficios complementarios de los cuales, el asociado tiene la posibilidad de disfrutar en vida.

Porque desde un inicio nuestra mirada ha ido más allá de lo económico y lucrativo para pasar a un plano humano colectivo, en línea a lo que el sistema de seguros nacional se ha propuesto aportar al país.

Hoy levantamos la voz para que, usando de ejemplo la función de los seguros de vida que muchas veces se percibe como un negocio, podamos ser conscientes de que la solidaridad se cultiva con el paso de los años y que su fruto es paz para los nuestros.

Puede llamarle precaución, decisiones inteligentes o inversiones, sea como sea los seguros tendrán siempre un fin social que mañana puede llenar de esperanza y bienestar a los respectivos beneficiarios.

Punto y aparte de este tema y retomando la celebración mundial de este 31 de agosto, instamos a sembrar esperanza para cosechar solidaridad, a sembrar tolerancia para disfrutar armonía; en fin, a integrarnos como sociedad que convive y trabaja para un bien en común.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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