Es necesario que también los candidatos presidenciales o los partidos políticos correspondientes nos indiquen cuál es el plan B, si no consiguen el imposible de la mayoría absoluta de obtener 38 diputados, porque no podemos seguir teniendo gobiernos que no resuelvan nada, esperando algún lejanísimo otro gobierno para poder llegar a tener esa mayoría absoluta y poder resolver algo. A casi nada de terminar este nuevo gobierno de turno y hasta ahora, solo hemos tenido períodos muy poco productivos de sesiones legislativas, complementado con unos cuantos decretos difíciles de entender provenientes del poder ejecutivo y, reelecciones inconvenientes de hasta 8 años en el poder judicial, cuando hay otros miles de costarricenses que también podrían hacer más y mejores cosas y en períodos de 4 años y sin innecesarias reelecciones. Claro que el cuarto poder en las democracias, el periodismo, ha tratado de hacer su parte. Pero ahora hemos podido ver este cuarto poder ampliado, con la participación de más y más costa
Está claro que la mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa se obtiene cuando un solo partido político alcanza 38 diputados. Sin embargo, la verdad es que esa posibilidad para nuestro país está en el rango de lo imposible, así es desde hace muchísimos años y básicamente es, por la misma naturaleza misma de los costarricenses, de dividir su voto porque en realidad la mayoría de costarricenses no confiamos en ningún gobierno. Y es mejor que tengan que conseguir las mayorías necesarias mediante acuerdos entre los diputados de diferentes partidos. Y entonces, cuál es el plan B para el candidato presidencial o partido político que sueña con conseguir ese milagro? La experiencia de otros países nos ha indicado que los posibles beneficios que resulten de alguien o de algún partido político con la mayoría absoluta, es más probable que se vean empañados con un sinfín de otras ideas autoritarias con propósitos personales. Somos una maravilla de democracia. Tenemos nuestra democracia a la tica. La democracia del pura.
Pero, no hay problema, también tenemos 200 años de experiencia. La solución es muy sencilla. Solo requerimos que las instituciones públicas hagan por fin, todo lo que se supone tienen que hacer: Que la Contraloría realmente controle, que la Defensoría realmente nos defienda, que la CCSS y el Poder Judicial por fin, bajen a niveles razonables las listas de espera en atención de pacientes y resolución de casos judiciales en trámite. Que la prioridad en nuestra educación pública, por fin sea la primaria y la secundaria, en fin, que cada institución pública haga bien su parte del trabajo. A estas alturas del siglo XXI no podemos afirmar que los tres Poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial estén funcionando bien, porque a diario nos enteramos que hay problemas por todas partes. A los costarricenses nos está funcionando mejor la opción de las redes sociales. Recordemos que para estas últimas elecciones presidenciales la votación de los costarricenses significó entre otras cosas, la extinción de varios.
La gran mayoría de los problemas de Costa Rica se resolverían muy fácilmente si todas las auditorías internas, contralorías y demás instituciones de control de gasto público, por fin comprendieran que su trabajo es muy importante y necesario para nuestro país, aunque sus salarios y privilegios sean pagados por cada institución pública, su deber inicial y final es por Costa Rica, porque de lo contrario, nunca van a alcanzar ni todos los impuestos ni la enorme e inmanejable deuda pública para cubrir tantas y tantas fallas en el control de los gastos. Con más eficiencia no se perderían miles de millones de las bóvedas de un banco nacional. Con más eficiencia no habría tanta facilidad para evadir los controles en las adjudicaciones de tantas licitaciones públicas. Con más eficiencia los expedientes judiciales no estarían compitiendo en tardanza, con las listas de espera de la CCSS, etc, etc, etc.
Ya no es suficiente que el TSE siga solo garantizando el conteo de los cada vez menos votos de nuestras elecciones nacionales. Ya no es suficiente que la Asamblea Legislativa siga produciendo leyes con una gran cantidad de portillos que las hacen ineficientes. Ya no es suficiente que el Poder Judicial insista en seguir compitiendo con la CCSS alargando las interminables listas de espera, en este caso, de resolución de expedientes judiciales. Ya no es suficiente que la Defensoría de los Habitantes insista en hacer estudios para solo emitir opiniones y recomendaciones que nadie le hace caso. Ya no es suficiente que la Sala IV insista en seguir esperando que seamos los demás costarricenses los que les digamos lo que tienen que hacer para que nuestras leyes y los artículos constitucionales cumplan con su obvio propósito de defender a Costa Rica y a todos los costarricenses. Las personas que tienen el honor de recibir sus salarios, honorarios y privilegios en todas esas instituciones también son ciudadanos costar.