
La RAE define voto así: Expresión pública o secreta de una preferencia ante una opción.
Definitivamente los costarricenses estamos frente a una de las decisiones más importantes de nuestra historia democrática; mantener a Costa Rica en el desencanto y decepción de sus gobernantes, o retomar la credibilidad en nuestro gobierno definiendo el cambio como la oportunidad para desterrar al PAC en las próximas elecciones.
Es lamentable observar los datos de abstencionismo que maneja el país en cada una de sus elecciones desde hace muchos años. Por ejemplo en el proceso electoral del 2002 solo el 68.84% del padrón votó en la 1era ronda, y en la 2da ronda el 60.84% lo hizo. En el 2006 el 65.21% acudió a las urnas. En el 2010 sube un poco la asistencia a los recintos electorales llegando a un 69.14% la participación. El 2014 registró un 68.19% en la 1era ronda y un 56.63% en la 2da. Y en la pasada elección del 2018 las cifras fueron del 65.66% en la primera y un 65.71 en la 2da ronda.
Cabe preguntar si existe autoridad moral de exigir al que gobierna cuando no se asume la responsabilidad de ir a votar. Recordemos que el voto representa el principal mecanismo de participación ciudadana. Además sabemos que el Estado debe de hacerse cargo de la responsabilidad de proteger, motivar y fomentar el derecho del sufragio.
El poder del voto es valiosísimo, pero lamentablemente no todos los ciudadanos lo valoran como tal. Los resultados de las dos últimas elecciones muestran que el país se vio inmerso en un estado de manipulación y polarización mediática previo a las elecciones. Los temas hábilmente rescatados como “armas” y herramientas de campaña electoral, evidenciaron la vulnerabilidad del electoral costarricense antes de acudir a depositar su voto. El elector es catalogado como emocional y poco analítico. Retomemos el resultado de la elección en el 2018; donde en la 1era ronda, por ejemplo; la mayoría del catolicismo se inclinó a votar por Fabricio Alvarado Muñoz; y en la 2da ronda después de aparecer el tema de “irrespeto e insultos” a la imagen de la Negrita de los Ángeles, este sector fue a votar por un candidato abiertamente contrario sus principios. ¿Entonces?
No hay duda que cuando se unen fuerzas en torno a posiciones dónde la mayoría no está de acuerdo, el resultado es evidente. Ayer vimos un claro ejemplo, la designación de OSF por parte del presidente de la República para representar al país en la OCDE, fue rechazado de inmediato por la opinión pública, sectores empresariales y políticos en general. Ante la presión social y la presión por parte de autoridades políticas y la mayoría del Poder Legislativo; el excandidato y exdiputado decidió renunciar al nombramiento hecho por Casa Presidencial.
Costa Rica no debe de permitir que las cifras del abstencionismo sigan en aumento. Con el descontento popular reflejado actualmente en contra de la gestión de gobiernos PAC, podríamos pensar que el abstencionismo definitivamente disminuirá sus números en el 2022. En países con líderes autoritarios y poco sesudos, los principios democráticos se entierran de la mano de actores impulsivos y carentes de capacidad en la gestión gubernamental. Además, es contundente, evidente y patente; el desprecio, arrepentimiento y hartazgo del costarricense por el PAC y el presidente de la República.
Urge que nuestro país retome el valor real del voto, que el habitante asuma su responsabilidad de ir a votar y no desaprovechar la oportunidad de elegir a los gobernantes aún en forma democrática. Si usted estimado lector forma parte del grupo de ciudadanos descontentos con sus actuales gobernantes, debe de aceptar la responsabilidad de acudir a la elección presidencial el domingo 6 de febrero del 2022.
¿Qué esperar para las próximas elecciones presidenciales? La respuesta parece obvia, un rotundo rechazo al PAC en las urnas.
Conocemos la valía del pueblo costarricense y de su historia política y democrática, por eso no se debe de pensar que solo hay que salir a emitir el voto y luego desentenderse, no. Debemos de establecer un control político fuerte y contundente; aplicando un seguimiento constante a las promesas hechas en campaña. ¿Qué nuevos escenarios nos presentará el actual proceso electoral? ¿Cuáles actores faltan por oficializar su candidatura? De esto, la posibilidad de otro café virtual y más hablaremos la próxima semana, Dios primero.
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Sobre el autor:
El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales. Asesor Legislativo, analista político internacional. Además elabora procesos de capacitación política, desarrollo comunal y administración. maumazu208@gmail.com.
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