Renovación y unidad: El futuro del Partido Liberación Nacional y de Costa Rica

El Partido Liberación Nacional (PLN), histórico pilar de la política costarricense, enfrenta hoy una encrucijada crucial. Después de un gobierno marcado por promesas incumplidas, divisiones internas y una creciente desafección de la ciudadanía, el PLN tiene ante sí la oportunidad de renovarse y liderar nuevamente el país. Sin embargo, para que esto ocurra, es urgente un llamado a la unidad interna, ya que el verdadero desafío no está dentro del partido, sino fuera: en los problemas sociales y económicos que afectan a Costa Rica.

Los procesos internos anteriores nos dejan de ejemplo el desgaste y la división que esto genera, afectando nuestra imagen y nuestra capacidad de presentar una alternativa sólida al electorado. Las luchas internas y las disputas por el liderazgo han sido tema constante, dejando a la opinión pública con una sensación de falta de cohesión y unidad. En lugar de ser un partido unido que enfrenta los problemas nacionales con soluciones claras y concretas, hemos sido vistos como un espacio de protagonismos individuales, donde la discusión parece ser más sobre quién lidera que sobre cómo mejorar el país.

El presidente José María Figueres lo expresó de manera rotunda: “Si permitimos que continúen las deficiencias sociales de hoy, no solo llevaremos en el ánimo el peso de una sociedad injusta, sino que pondremos en peligro la libertad de empresa y la libertad política”. Esta reflexión debe ser el motor que impulse la renovación de Liberación Nacional. El país ya no necesita un partido que se enfrasque en luchas internas, sino uno que se enfoque en los grandes problemas nacionales: la desigualdad social, la inseguridad, el desempleo, la corrupción, y la falta de oportunidades para los más vulnerables.

Es por esto que hoy, más que nunca, hago un llamado a los precandidatos del PLN a unirse en lugar de dividirse, a dejar de lado las diferencias personales y trabajar por el bien de Costa Rica. Los desafíos que enfrentamos como nación son demasiado grandes para que estemos divididos, y el país necesita que los mejores talentos, sin importar su afiliación interna, trabajen juntos para presentar una alternativa seria, pragmática y que dé esperanza a los costarricenses.

El PLN, como partido tradicional, ha tenido altibajos, y no está exento de errores. Sin embargo, los logros alcanzados a lo largo de su historia deben ser reconocidos y utilizados como base para la reconstrucción del país. Como señaló Figueres, lo que necesitamos no es destruir, sino corregir, mejorar, y, sobre todo, avanzar. Costa Rica se encuentra en un punto crítico, con niveles de violencia nunca antes vistos, un sistema educativo en crisis, una economía que no logra despegar y una sensación de inseguridad que recorre cada rincón de la sociedad. El PLN tiene la capacidad de ofrecer soluciones, pero solo si somos capaces de renovarnos y unirnos para presentar un frente sólido y coherente.

Es necesario que, en lugar de seguir alimentando la división, nuestros precandidatos comprendan que el verdadero desafío no está en conseguir un cargo, sino en construir un futuro para Costa Rica. La unidad no es solo una opción, sino una necesidad. Los líderes de hoy deben dejar espacio a las nuevas generaciones, a aquellos que tienen la energía, las ideas frescas y la pasión por transformar nuestra sociedad. Pero esto no significa un despojo de los veteranos; más bien, es un llamado a trabajar juntos, como un solo equipo, para aprovechar la experiencia de unos y la innovación de otros.

El PLN debe resurgir como el ave fénix, pero para hacerlo, debemos ser honestos con nosotros mismos y reconocer que el camino será largo y desafiante. Es crucial cambiar la narrativa del partido, renovar los rostros, pero sin perder de vista nuestros principios fundacionales. Si realmente amamos a Costa Rica, debemos poner por encima de todo el bienestar del pueblo costarricense y dejar de lado los intereses personales que solo nos alejan de nuestra verdadera misión.

Es hora de actuar. Es momento de trabajar juntos por el futuro de nuestro país. La unidad interna en el PLN no es una opción, es una urgencia. El pueblo costarricense necesita una alternativa seria, comprometida y capaz de enfrentar los retos del siglo XXI. Si logramos superar nuestras diferencias y poner el bienestar común por encima de todo, entonces sí podremos ser la fuerza política que impulse el cambio que Costa Rica necesita.

Es hora de que Liberación Nacional, de la mano de todos sus precandidatos, deje atrás las divisiones y trabaje para que Costa Rica vuelva a ser la nación de oportunidades, justicia y paz que todos soñamos. El futuro del país depende de nuestra capacidad para unirnos y luchar juntos por un mejor mañana.

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