En enero de este año durante la XVI Cumbre de la Alianza del Pacífico; los mandatarios de Colombia, México, Chile y Perú firmaron una Declaración presidencial para el fortalecimiento de la economía creativa, con el cual se posiciona a la cultura y la creatividad como ejes estratégicos para impulsar el desarrollo social y económico de la región.
La pandemia llevó a muchos negocios a buscar formas distintas de trabajar para mantenerse a flote; y en una era donde cada vez es mayor la exigencia de los consumidores, fomentar un entorno creativo en las empresas es vital para promover la innovación.
Este 21 de abril se celebra el Día de la Creatividad y la Innovación y la primera interrogante en el tema es ¿ser creativo se trae o se puede desarrollar? Para Joulie Rojas Principal Creative Designer de Publicis Global Delivery (PGD), cualquier persona que se rete a sí mismo a hacer las cosas diferentes, puede ser creativo; y esto va desde lo más sencillo como hacerse el café de manera distinta a lo usual, ya que así empieza la programación para buscar nuevas alternativas y soluciones a problemas comunes que luego puede trasladarse al ámbito laboral.
Ahora bien, ¿qué esperan las empresas de los nuevos profesionales? Sin duda el tema de competencias blandas toma mayor relevancia día a día y un diferenciador importante actualmente es la capacidad de pensar disruptivamente, de buscar soluciones distintas a problemas comunes, lo cual al final se traduzca en éxito para el negocio.
Esta habilidad no viene solo de la formación académica sino de la propia curiosidad para investigar, aprender, analizar y constantemente identificar nuevas tendencias y oportunidades.
Este tipo de profesional requiere libertad para trabajar, de ahí que la apertura del negocio es vital para garantizar a sus colaboradores que sus ideas son recibidas, escuchadas y validadas; en este proceso es oportuno llevar a cabo espacios de creación, aprendizaje, práctica e intercambio de ideas, donde los líderes tiene un papel clave como promotores de la creatividad.
Una mala concepción de la creatividad puede llevar a pensar que es el clásico bombillo que se enciende o surge espontáneamente; sin embargo, también tiene pasos y uno de ellos es la investigación y exploración de alternativas, que finalmente dotarán del conocimiento para llegar a una nueva idea, a la cual luego deberá darse forma para llevar a una realidad práctica, seguido de la implementación y posteriormente evaluación.
Un sentimiento que suele rechazarse al ser creativos es la frustración, sin embargo, esta es parte del proceso, que puede manejarse con apoyo del trabajo en equipo para la construcción conjunta de soluciones con distintas perspectivas.
A partir de la experiencia en PGD donde se trabaja en un entorno multicultural que promueve y busca la creatividad para el desarrollo exitoso del trabajo de sus clientes, es posible dar consejos o recomendaciones en 3 líneas.
A los profesionales, no conformarse con lo aprendido en la Universidad, mantenerse constantemente valorando tendencias, nuevos descubrimientos y buscando ver las cosas de una manera poso habitual.
A las empresas, crear espacios para el diálogo e intercambio de ideas entre grupos diferentes dentro de la organización, lo cual puede fomentar una conversación enriquecedora que al final se traduzca en ideas aplicables al negocio.
A los líderes en esas empresas, escuchen, para que sus colaboradores a cargo puedan expresar sus ideas y se sientan valorados a seguir buscando alternativas.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.