La casa común del socialcristianismo -con y como imperativo ético- debe refundarse… con todos, para servir a la sociedad. Solo unidos -sin exclusiones- podemos hacer políticas públicas del socialcristianismo.
Solo juntos (no separados) podemos garantizar hechos positivos que generen riqueza para fortalecer las garantías sociales y el bien común y, así enaltecer la dignidad humana.
Solo reunidos en casa común, en gran coalición, en alianza inteligente, podremos triunfar para la paz integral de los habitantes de nuestra gran patria. Tenemos el pensamiento socialcristiano y el legado histórico como guía. Tenemos experiencias favorables. Tenemos el honor de las reformas sociales.
Dos años atrás se realizaron elecciones municipales, y los resultados indican que el socialcristianismo (en racional coalición) tendría más presencia en gobiernos cantonales: más concejales, intendentes, síndicas, síndicos, regidoras, regidores, alcaldesas o alcaldes. Más presidencias y vicepresidencias municipales. Más mujeres y hombres, promoviendo justicia social, integrando para la cooperación comunal y sectorial.
Asimismo, en las legislativas y presidenciales otros serían los resultados: más socialcristianos ejerciendo con responsabilidad social.
El socialcristianismo ha gobernado para el bienestar general: juntos en lo cantonal y nacional; y es deber hacer más.
El presente y el futuro inmediato claman nuestra reflexión.
A hoy, 16 años socialdemócratas. Dos gobiernos liberacionistas, más dos gobiernos del PAC. También, inicia otro que no es del socialcristianismo (pero al que debemos desear éxito…por el bien de todos los habitantes de esta tierra bendita. Valga expresar: todos debemos quitar piedras del camino y, especialmente los legisladores, ser propositivos, no ser oposición por vana oposición.
Importante recordar -del Benemérito Calderón Guardia- la necesidad de: “un movimiento de colaboración en el que todos los costarricenses, como miembros de una misma familia, pongan su contingente de buena voluntad y generoso desinterés”.
La reflexión debería sensibilizar para acciones inteligentes -no “pasionales”-, para que en las próximas elecciones municipales y nacionales (por el orden económico y la paz social), triunfe el socialcristianismo.
Desde ya debemos buscar alianzas o coaliciones cantonales del socialcristianismo, que sirvan como guías para la gran coalición nacional. Gran ejemplo patriótico sería una alianza legislativa de diputadas y diputados del socialcristianismo. En la mayoría de fracciones hay congresistas socialcristianos. Todos: siendo propositivos, demostrarán que los hechos siempre superan las simples intenciones.
Mi humilde experiencia, como integrante de asambleas partidarias, ex fiscal general de la Unidad -en dos ocasiones- y vicepresidente del Republicano -también en dos oportunidades- me sugiere que, únicamente: sumando y multiplicando… lograremos la Gran Coalición del Socialcristianismo. Y, así podría ser que los buenos liberacionistas (por supuesto que hay muchos), los del PLN y los que son del PAC; y personas independientes, o de otros partidos -entre ellos: los cristianos-, también pudieran acompañarnos en esa propuesta; para evitar sorpresas que dañan la economía y el bienestar social, e incluso la libertad. ¿Conviene o no?
Considero que Costa Rica requiere más acciones socialcristianas, como las ya probadas (Caja del Seguro Social, Universidad, Código de Trabajo, Garantías Sociales) y, entre muchas, las relativamente recientes: bono gratuito de la vivienda, hogares comunitarios, Ley de Paternidad Responsable, Ley de Protección al Trabajador. Acciones socialcristianas de sana economía y justicia social.
Es responsabilidad del socialcristianismo evitar desgobiernos. Son más nuestras coincidencias que las diferencias. Sirva el pensamiento de Juan Pablo II, para, de verdad, reflexionar: “Que todos sean uno. Es necesario pasar de una situación de antagonismo y de conflicto a un nivel en el que uno y otro se reconocen recíprocamente como asociados”.
Y, de don Guillermo Malavassi Vargas: “La vida no vale la pena, si no es para ponerla al servicio de una gran causa. Y la mejor es contribuir al mayor bien posible de los más desafortunados de nuestra tierra”.
El socialcristianismo: mujeres, hombres, jóvenes y no tan jóvenes; expresidentes, dirigentes nacionales y sectoriales, provinciales, regionales, cantonales y distritales: debemos promover y con satisfacción respetar que, la Gran Coalición del Socialcristianismo, inicie desde las bases… que cada socialcristiana y socialcristiano (desde su comunidad, distrito y cantón) impulse esta responsabilidad ética, generando foros del socialcristianismo, procurando el reencuentro solidario -al menos en alianza- en pro de los más sagrados intereses del país. Pensamiento y acción para recuperar la verdadera justicia social.
Seamos uno, respetando nuestra casa y respetándonos todos. Es necesario dialogar, concordar, concertar. Recordemos del Reformador Social: “Se puede y debe luchar contra la injusticia”.
Costa Rica necesita del socialcristianismo: requiere que cada persona -menor o mayor- sea el centro de justicia social; que se haga realidad constante lo de: “El Estado procurará el mayor bienestar a todos los habitantes del país, organizando y estimulando la producción y el más adecuado reparto de la riqueza”, -(50 de Garantías Sociales, Constitución Política)-.
El respeto a la dignidad humana, la justicia social y el bien común, es responsabilidad ética del socialcristianismo: de cada simpatizante, de cada militante, de cada dirigente, de cada líder, de todo representante.
El socialcristianismo dicta: “La ética demanda que el sistema se adapte a las necesidades del hombre, y no que el hombre sea sacrificado en aras del sistema”, y “los ciudadanos libres deben tener una firme y perseverante determinación de dedicarse al bien común”.
Recordemos del Papa Francisco: “que siempre se mire ¡el bien que puede unirnos!
Reflexionemos positivamente: Que los hechos hablen. Juntos siempre somos más.
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