Los sueños de miles de deportistas costarricenses se reescriben a partir de este sábado con la inauguración de los XXXVII Juegos Deportivos Nacionales Icoder 2018, la mejor vitrina que como país tenemos para comenzar a esculpir esas promesas del deporte costarricense.
¡Qué se abra el telón!, decimos todos los seguidores y practicantes de algún deporte, ya sea por competencia o por recreación. Este sábado ese telón dará paso a la juventud expectante, la que con disciplina se preparó, la que respira hondo y guarda en su pecho la ansiedad porque el cronómetro inicie su marcha.
Son los Juegos Deportivos Nacionales, una gesta en favor de los atletas de más de una treintena de disciplinas, semillero de hombres y mujeres que dan lo mejor de sí para ganar una medalla.
A propósito de que la edición número 37 de estas justas está por iniciar, me genera emoción y sentimiento a la vez, cuando recuerdo la génesis de este evento. Con orgullo, atesoro el legado que mi papá, William Corrales Araya, que de la presencia de Dios goce, dejó como huella indeleble a su paso por la dirigencia del deporte nacional.
Fue hace 46 años exactamente, cuando mi papá obtuvo una beca para cursar sus estudios superiores en Administración del Deporte y la Recreación en la República Federal de Alemania, que tuvo los primeros contactos con una idea que dio paso al gran proyecto que significó los Juegos Deportivos Nacionales que hoy día conocemos.
En aquel entonces se jugaba en la ciudad de Berlín Occidental la final de los cuartos juegos denominados “Juventud Entrenando para la Olimpiada”, auspiciados por el alcalde de la localidad. Este evento reunía a jóvenes representantes de todos los estados miembros de la Alemania Occidental. La cultura y el deporte se daban la mano de manera fraternal e invitaba a todos sus habitantes a presenciar las competencias.
Ser testigo de aquella experiencia sin duda alguna caló hondo en mi papá. En su maleta de regreso traía consigo la idea de replicar aquellas justas en Costa Rica, adecuadas a las condiciones que tenía nuestro país en ese entonces.
Soñaba con ver a los jóvenes costarricenses sumados con entusiasmo a la competencia deportiva. Ya para 1975, don William asume la jefatura del Área Técnica de la Dirección General de Educación Física y Deportes, con la mira puesta en crear las condiciones para la promoción y diversificación de los atletas locales.
Fue labrando alianzas y tejiendo redes de contactos para que la dirigencia deportiva creyera en el proyecto. Su ímpetu redondeó un respaldo positivo a la propuesta y fue así como los primeros Juegos Deportivos Nacionales fueron tomando forma. Del 10 al 12 de diciembre de 1976 y con 550 incipientes atletas que provenían de cantones como Belén, Puntarenas, Cañas, San Carlos, Naranjo, Jiménez, Puriscal, Escazú y del anfitrión Palmares.
En ese acopio de voluntades, mi papá recibió el apoyo del entonces director General de Deportes don Carlos Luis Araya Vargas y del profesor Rolando Fernández Vega, quien a su vez fungiera como el primer coordinador de la primera edición de aquellos Juegos.
Así nacieron los Juegos Deportivos Nacionales de los que yo también formé parte, como jugadora del equipo de voleibol que representó al cantón Central de San José, en la edición del 2008 y cuya sede estuvo en Heredia.
La historia se entremezcla con el presente de unas justas deportivas que prometen mucho coraje y pundonor. Adelante muchachos y muchachas que, tal y como lo he manifestado desde que asumí la diputación, el deporte es una herramienta de vinculación social, los enfoca en hábitos sanos y contribuye a su formación como ciudadanos integrales.
Desde mi despacho, estoy plenamente comprometida con el impuso al deporte en el país, con la habilitación de espacios propicios para que en las comunidades nuestros niños, jóvenes, adultos y adultos mayores puedan ejercitarse, recrearse y competir en condiciones adecuadas.
¡Qué se abra el telón! Que quienes vivimos con intensa algarabía el deporte estamos más que orgullosos de ver y saber que desde este sábado habrá representantes de todos los rincones del país que tienen el mérito de soñarse vencedores o vencedoras.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.
