Que debe y no debe hacer un congresista

» Por Luis Fernando Allen Forbes - Director Ejecutivo Asociación Salvemos el Río Pacuare

El Congreso costarricense ha gozado de una importante estabilidad a lo largo de la historia republicana. No obstante el día de hoy la ciudadanía lo percibe como una entidad que alberga privilegios y corrupción.

Sin embargo pese a que a futuro debemos innovar en la forma en que se eligen los diputados, para que lleguen al congreso las mejores cabezas tanto de hombres como mujeres y así tomar las mejores decisiones que permitan al país cumplir muchos de los objetivos del pueblo que dicen representar.

Nuestro sistema político está lleno de debilidades y escollos que obstaculizan el desarrollo político. Sin embargo cabe destacar que entre las principales fortalezas y logros alcanzados por la democracia costarricense, están la celebración periódica de elecciones democráticas, la implementación de políticas sociales, y los avances hacia un estado democrático de derechos.

Muchos señalamientos y acusaciones descabellados se les hacen a los congresistas sin fundamento por desconocimiento de los alcances de la ley que tienen los diputados desde su curul. A continuación algunas ideas sobre sus deberes:

El congresista no solo legisla en maratónicas sesiones del pleno o inacabables jornadas de debate en una comisión. Adicional a eso le corresponde escuchar las preocupaciones de todos los habitantes del país y mantener un buen canal de comunicación con los ciudadanos.

En sus funciones como legislador(a) debe lograr acuerdos con el resto de sus colegas para proponer, revisar y aprobar leyes que beneficien a la nación.

También debe fiscalizar al poder Ejecutivo y a otras instituciones del Estado para asegurar que cumplen sus funciones con transparencia y eficiencia y ser neutral, lo que supone dejar sus intereses personales a un lado.

De igual manera hay algunas cosas que los congresistas no pueden hacer:

No le corresponde ejecutar obras; por ejemplo, construir un puente o reparar una pista. Esas son funciones propias del Poder Ejecutivo, Gobiernos locales o Municipalidades.

Tampoco les corresponde crear fuentes de trabajo. El parlamentario no ayuda a terceras personas a encontrar trabajo.

De igual forma no recibirá dádivas. En otras palabras no puede recibir, dar ni gestionar obsequios, a cambio de realizar gestiones en el Congreso.

Para cerrar esta idea no puede influir en otros poderes del Estado. No debe presionar al Poder Judicial, Ministerio Público u otra institución del Estado.

La democracia no se construye por arte de magia, es necesaria la participación de costarricenses de temple, sin distención de ningún tipo, capaces de entrar a la arena política sin pensar en los beneficios pecuniarios, sino con el compromiso de servir; condiciones indispensables en estos momentos

Finalmente, el siglo XXI plantea nuevos desafíos a nuestro modelo de democracia entre ellos; los costarricenses aspiramos a tener un país próspero, más justo, con una elevada autoestima nacional, más inclusivo, mejor educados, con valores y mejores indicadores de desarrollo humano, que nos permita encarar con optimismo el futuro.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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