La amenaza del populismo crece ante la corrosión de la maquinaria estatal: Órgano ejecutivo, legislativo y judicial.
Tony Saca fue presidente constitucional de El Salvador en el período 2004-2009, teniendo como vicepresidenta a Ana Vilma Albanez de Escobar. El gobierno de Saca apuntaba un momento de continuismo – pero de cierta manera empoderado- del gobierno de Francisco Flores Perez.
El señor Saca llegó al poder con una campaña mediática con un componente de seguridad fortalecido, con el cual se detendría la creciente amenaza de las pandillas, la cual seguía multiplicándose como si obedeciera a una secuencia de Fibonacci que la invitaba a duplicarse cada cierto tiempo.
Saca fue acusado (y confesó) de desviar 300 millones de dólares de fondos públicos de un país tercermundista, con una crisis (no tan grave como a la cual degradó por la falta de acciones inmediata, que debió tomar Saca/De Escobar) de seguridad para financiar su vida personal, apropiándoselos como si le pertenecieran. Tony Saca y su Consejo de Ministros dejaron pasar la oportunidad de oro para detener la hermorragia que producían las pandillas, aún manejable en esas épocas. Pero se apropió ilegalmente del dinero.
De manera indirecta, las muertes que a diario se pierden es culpa de Tony Saca, por que en sus manos, con sus corruptas manos con las que tocó la sagrada letra de la Constitución de 1983, tenía la enorme responsabilidad de corregir la herencia que la sanguinaria guerra civil salvadoreña dejó: las pandillas fruto de la desintegración familiar severa, la infinita pobreza y el cáncer perpetuo de la República salvadoreña su inmoral clasismo.
Tony Saca y secuaces son culpables de desviar 306 millones los cuales debe integrar plenamente, así como sus intereses respectivos acumulados y en mora; sin dejar a un lado que debe indemnizar al pueblo salvadoreño por una cantidad igual o el doble del monto apropiado de manera ilegal (e inmoral). Además debe indemnizar al pueblo salvadoreño por la crisis de violencia que vivimos hoy en día, porque con el dinero que desvió se pudo haber apagado las hogueras, impidiendo que se hicieran incendios.
El momento en que ocurre esta confesión tan “espontánea” del Saca y su conglomerado de estafadores profesionales, me resulta sospechoso ya que no está funcionando la Sala Constitucional por la ineptitud (o pereza, incluso ambas) de que políticos -algunos con más de 30 años de experiencia- puedan elegir a los magistrados.
En El Salvador, al igual y como ocurre en Perú, desde hace años en el ambiente político se siente un olor a podredumbre que intoxica con su solo mencionar. La diferencia radica que en Perú, se ha llegado al epicentro de la peste política, por medio de revelaciones de audios de los más altos niveles de funcionarios públicos, involucrando los 3 poderes del Estado, y dejando como justas víctimas de la revelación Jupiteriana: la cabeza del presidente PPK, así como de diputadxs y jueces de la Suprema Corte.
Tony Saca – ha indicado que devolverá 25 millones de dólares. Pero es es inaceptable, al igual que permitirle tan solo 10 años de prisión. Tony Saca no puede tener 8 años de prisión cuando existen mujeres como Teodora que estaban purgando DECENAS de años por un tema sumamente discutido – con posiciones encontradas- como es el ABORTO. Es totalmente inaudito que en algo tan crítico como el manejo de fondos públicos (el cuál es unánime el criterio que es algo inaceptable que exista corrupción) se considere que SACA puede llegar a salir de la cárcel al igual que el ladrón- roba bancos y defalcados profesional: Robertio Mathies Hill. Saca carga con miles de salvadoreños muertos, asaltados y desplazados forzosamente. Esto seria la más grande bofetada a la memoria de los salvadoreñxs fallecidos.
La Sala de lo Constitucional podría detener este tipo de arreglos, si se llegan a concretar. Por eso es crucial que la ciudadanía este alerta de lo que este personaje puede hacer.
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