¿Por qué estamos hartos de la política? pero no nos animamos a participar para hacer un cambio, pero si votamos por el más payaso.
En el 2018 me anime ser parte de un partido y postular mi nombre para diputado por la provincia de Puntarenas, fue una de las campañas más difíciles, ya que no conocía donde me metía, ya que lo único que quería era un CAMBIO, quería ser la voz de muchas personas cansadas de la política, pero me di cuenta que existe un sentir de asco y otro de emociones que juegan encontrar de los que nos animamos a ser un cambio político, cuando se acercan las elecciones ganan el más bufón o el voto encontrar.
Después de varias experiencias me di a la tarea de escuchar a la gente, la política, lejos de ser una actividad que genera orgullo y servicio público, se ha convertido en escarnio, en sinónimo de corrupción, sinvergüenzada y modo de vida de vividores y vagabundos; la reacción a esta situación hace que los costarricenses brinden su respaldo a un candidato que logró vender su imagen como “no política”. Hartos de la política tradicional, esto sucedió con el expresidente Luis Guillermo Solís, Carlos Alvarado y hoy Rodrigo Chaves, vamos para 12 años de cambio, de lo que supone el pueblo de Costa Rica, pero realmente hemos tenido un cambio en lo económico, familiar y profesional.
Los ciudadanos hemos entrado en un estado de hartazgo constante. Y los políticos no han remediado este problema. Más bien todo lo contrario. Ellos han ayudado a devaluar las instituciones, a fomentar la división y el enfrentamiento y a hacer que los ciudadanos les consideremos como uno de los principales problemas actualmente. El actual presidente con su discurso habla y muchos costarricenses se identifican por el mismo sentir, pero realmente el señor presidente aguanta hambre, será que salió a buscar trabajo, será que le han cobrado atrasos en sus créditos o mejor aún, darse el lujo de vivir en una zona rural donde existen mas necesidades.
Pero existe una palabra muy curiosa que dio resultado en estas tres campañas y son los famosos forasteros, esos que nadie conoce, llegaron al momento oportuno, idónea y aprovecharon el hartazgo político y por el famoso voto en contra quedaron, estos se “aprovechan” de que los ciudadanos están cansados de los políticos tradicionales para aparecer ellos como algo disruptivo. Sus mensajes, forma de transmitirlos, imagen, etc. suelen ser muy distintos e innovadores, lo que atrae al público convencional.
En definitiva, estamos en unos de los momentos más históricos del país, donde vemos partidos por doquier, forasteros con ganas de ser presidentes y partidos que no ponen caras nuevas y dan espacio a los nuevos liderazgos. En algunos lugares la gente no ve a la política y a los políticos como gente capaz de solucionar sus problemas. Más bien todo lo contrario, lo consideran uno de los principales problemas del país.
Por ello, surgen nuevas tendencias, pero también se produce un desencanto y una desconexión de la realidad política por parte de quienes ya no se sienten representados. Esto es un problema grave, ya que la representación es uno de los pilares de la democracia, puede que me cansara de la política, pero no quiere decir que no deje de participar, ya que otros elegirán por mí y no tendré derecho de quejarme por la situación o rumbo que tome nuestro país.
Sin embargo, parece complicado, al menos por el momento, que se produzca un cambio de rumbo que haga a las personas estar más comprometidas y contentas con sus representantes, el tico es muy cambiante y lamentablemente siempre va querer ganar aunque sea con el bufón de la fiesta, tenemos que pensar muy bien en nuestro voto, las elecciones 2026 están a la vuelta de la esquina y ya empezamos a ver la pasarela de candidatos, que tomara el toro por los cuernos pero no muchos no tienen la experiencia necesaria para sacar al país adelante y me refiero a dar estabilidad, alimento y trabajo a nuestras familias y las futuras generaciones.
