EDITORIAL
La ministra de Cultura, Elizabeth Fonseca, no debe pensarlo ni un segundo, por incapaz y si tiene vergüenza, debe presentar la renuncia de inmediato a su cargo a la cabeza del ente rector de la cultura costarricense.
El crimen cometido a la cultura nacional, no puede tener perdón, atentar de muerte contra el Festival Internacional de las Artes (un evento reconocido entre los mejores de América Latina), es una afrenta que no debe quedar impune.
Elizabeth Fonseca debe irse, y con ella todo su equipo de asesores y directores responsables del desmadre y el caos en que se convirtió el “trapito de domingüear” de la cultura nacional.
Por la incapacidad y la improvisación de un grupo de incompetentes el FIA está en cuidados intensivos, y su recuperación debe iniciar por la retirada de todo esta bandada de irresponsables.
Todas y todos los que tuvimos la oportunidad de ir a algún evento en ediciones anteriores del FIA disfrutábamos sin parar, todo era orden, planificación, y alta calidad, tanto de los espectáculos, como de la organización.
Y son muchos los ejemplos de la grandeza del FIA, podemos tomar cualquiera de las ediciones al azar y entender claramente el nivel del crimen cometido.
En el FIA 2008 los costarricenses disfrutamos de La Zaranda (España) y Timbre 4 (Argentina), los cantantes Rosario Flores (España), León Gieco (Argentina) y Cheo Feliciano (Puerto Rico) en eventos masivos y con una organización impresionante.
Por aquellos años lo único que amenazaba al FIA era la posibilidad de lluvia, en una entrevista el encargado de entonces Iván Rodríguez decía “Ojalá San Pedro se entere del festival y nos haga el favor de darnos un pequeño verano. Espero que llueva antes del viernes y el agua nos haga un campito durante 10 días. Estamos tratando de ponerle techo a todo”.
Hoy la amenaza del FIA fue la propia organización, y sí, el FIA 2015 ha tenido tormentas continuas, un torrencial aguacero de incapacidad, pero esta vez no fue culpa del apóstol, esta vez los culpables de esta lluvia de errores son claramente identificables, Elizabeth Fonseca, Inti Picado y Luis Carlos Amador, son los principales responsables de las tormentas anticulturales que hemos vivido los costarricenses estos terribles días de abril.
No podemos olvidar a las comunidades y a los artesanos que se vieron burlados, quienes con pocos recursos compraron los materiales para elaborar sus productos y al final no pudieron venderlos por la poquísima asistencia a las actividades o la cancelación de las mismas.
Es impresionante que la ministra de Cultura llame a realizar una investigación para determinar culpables del desastre (¿Buscarán que les ayude otra vez la DIS en la investigación?), el cinismo no puede ser tan grande.
Y aunque no pudimos disfrutar de esculturas de arcilla en esta edición del FIA, no es posible que la ministra nos muestre tal cara de barro, para apagar las críticas.
Doña Elizabeth Fonseca por decencia renuncie, y si no lo va a hacer por el desmadre que hizo el ministerio a su cargo, hágalo por “motivos personales”, pero hágalo ya.