¿Podemos reformar el Estado?

La mayoría de los costarricenses por su naturaleza, tienen un compromiso social con la situación del país, económica, política en fin sin ahondar en detalles, la población tiende a responder según las circunstancias, en las gloriosas, cuando la pasión del fútbol une a las personas para ver un partido o cuando las situaciones difíciles han llegado a tocar el corazón del costarricense y se encamina para solidarizarse en una buena causa y tender la mano al más necesitado. El tico por lo general siente una gran responsabilidad por los acontecimientos que suceden diariamente y no solamente se quejan de la situación si no que su a vez buscan su grado de culpabilidad, cuestionándose a si mismo que si la clase política es corrupta es porque alguna forma a través del sufragio, se le dio la oportunidad para estar ahí.

Sin embargo, la ciudadanía cada vez mejor preparada trata de darle solución a los problemas que tiene el país, poco a poco se agotan las posibilidades y la ciudadanía continua en crecimiento mientras que sus necesidades continúan sin ser atendidas, y la esperanza se va apagando. Los gobiernos han tratado de mitigar el daño más aún en los tiempos actuales resulta insuficiente y hay que dejar de tomar medidas que sólo apagan el fuego de la emergencia dejando las consecuencias de un siniestro. Nuestra querida Caja Costarricense del Seguro Social ha sido víctima de malas administraciones, ha sido saqueado el baúl de las joyas de la abuela, una institución tan grande con un régimen tan noble y solidario no es cualquier nación el que lo tiene, pero Costa Rica a pesar de ser un país tan pequeño en comparación a otras naciones ha logrado permanecer en un estado social de derecho manteniendo índices de salud de primer mundo, disminuyendo la tasa de mortalidad infantil  y dándole a la población calidad de vida, gracias a un sistema de Seguro Social del que todos formamos parte y contribuimos a su crecimiento.

Solo por dar un ejemplo hago referencia a la Caja, aunque podríamos hacer una lista interminable de las muchas cosas buenas que tiene mi país, sin dejar de ver hacia atrás la lucha social que se ha dado para llegar hasta donde estamos hoy, y en razón de esos esfuerzos y de esas luchas es que las generaciones actuales estamos en la obligación de preservar las cosas buenas hasta ahora obtenidas y además mejorarlas.

Las redes sociales brindan alternativas para ser mejores ciudadanos, se promueve el respeto, la tolerancia y los valores, somos los ciudadanos los primeros en ser llamados a motivar el cambio entonces debemos tomar decisiones informadas y transformar de forma pacífica el sistema del somos parte y adaptarlo a sociedad.

Resulta incomprensible a mi parecer, la decisión de la Sala Constitucional de frenar los sueños de tantos costarricenses que cargados de ilusión en procura de una mejor Costa Rica impulsan la convocatoria a una Asamblea Constituyente que venga a incorporar en una nueva Carta Magna un instrumento jurídico, de carácter supremo por excelencia que responda a las necesidades de una sociedad que constantemente está en cambio, además de lo que ideológicamente pueda parecer la mejor opción o no convocar a una constituyente, lo incomprensible radica en la interferencia que realiza el Tribunal Constitucional en los pronunciamientos del Tribunal Supremo de Elecciones órgano de rango Constitucional que goza de independencia en el desempeño de su cometido y que por mandato Constitucional le compete la función de interpretar en forma exclusiva y obligatoria las disposiciones Constitucionales y legales referentes a la materia electoral, según así se desprende del artículo 102 de la actual Constitución, ese reconocimiento que se hace en cabeza de dicho tribunal electoral no es ni más ni menos que una atribución única y exclusiva como lo establece la norma a un órgano especializado, caracterizado por la transparencia y como su lema indica “Pilar de la Democracia”, la Sala Constitucional advierte al Tribunal Supremo de Elecciones: “abstenerse de dictar nuevos actos tendientes a autorizar la realización de un proceso de referéndum respecto de todo proyecto de ley relacionado con la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente…” causa inseguridad jurídica el alcance del Tribunal Constitucional y debería hacer honor a su propia naturaleza sin transgredir la propia Constitución.

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