La social democracia, no se fundamenta en una retórica ideológica muy bien mercadeada por un discurso de paz inconcluso, solo para obtener un Nobel. Porque sus bases son más fuertes y se sustentan en el Pensamiento Social Demócrata, construido gracias al esfuerzo de nuestros padres y abuelos; aquellos que antes y durante la creación de la Segunda República, se vieron en la tarea de articular más que una ideología, conformando una cultura basada en una Social Democracia, inclusiva para todas y todos sin hacer divisiones ni distinciones.
Así que hoy más que nunca, hago un llamado a todos los hijos, hijas, nietos y nietas del 48, que son el baluarte de los Derechos Fundamentales que rigen a Costa Rica, mediante un Pacto acordado y sellado con sangre de muchas familias. Hijas éstas, de tres padres con pensamientos diferentes, pero a la vez paridos por una misma Patria y un solo corazón. Que hoy, clama que nos sentemos a conversar todos sus descendientes y no los extraños que desean colonizarnos, imponiendo un discurso de adoctrinamiento religioso, donde al único Dios al que sirven en realidad, es al Dinero…
Debido a que el Pensamiento Social Demócrata, fue elaborado más allá de cualquier fanatismo religioso importado de América del Norte, que ahora busca convertir a éste pequeño país en una sub-colonia, pero no con un William Walker detrás, sino con el apelativo del único Dios, al que éstos comerciantes de la fe obedecen, el Dólar. El cual, rige una parte de la economía y rumbo del Mundo, tratando de transformar a esta tierra de labriegos sencillos en su propio paraíso fiscal y de paso, adoctrinar a todo aquel que se encuentre necesitado de que otros piensen y decidan sin su permiso.
Cuando la gran familia de costarricenses que somos todas y todos, con nuestras diferencias de criterio político o religioso, aunque no creamos en un misma expresión de fe, siempre ha respetado al que no cree y jamás, se ha valido de ello, para enfrentarnos los unos contra los otros y menos, por un asunto que hace décadas en éste país está más que resuelto; en cuanto a ser un pueblo integrado por diferentes criterios políticos para alcanzar así la verdadera Paz, que solo se conquista a través de la inclusión social, la tolerancia y el respeto frente a los demás, recordando la máxima que reza, “cada uno en su casa y Dios en la de todos…”
Porque yo no estoy de acuerdo, al igual que muchos de mis hermanos multiétnicos y pluriculturales, en que se excluya o discrimine a nadie, por ser como es. Ya que todos somos parte de una misma Costa Rica, al igual que los dedos de una mano que por ser diferentes, no los voy a cortar por ser de distinto tamaño. Y menos excluir a quienes ahora, deben esconderse o convertirse en lo que nunca han sido y además, por lo que tanto han sufrido…
Entonces, señores mercaderes de la fe, los verdaderos costarricenses tenemos una idiosincrasia muy particular, ante la cual podemos parecer mansos, pero no nos dejamos embaucar. Porque el filibusterismo tiene muchas caras y Ustedes representan una de ellas, como falsa interpretación del “progresismo”, completamente discriminatoria; la cual enarbola un discurso de odio frente a los niños, que no transmite el amor de Dios, porque el que esté libre de pecado que tire la primera piedra y luego, le dé la espalda al sol, si piensa en que aquellos otros, no son también un reflejo y manifestación del Creador.
Debido a que no es cierto, que los partidos que se hacen llamar cristianos han presentado una campaña de tolerancia con sus manos limpias, porque han tirado más que piedras a su prójimo mediante la tergiversación de la fe, a través de una visión parcial de la diversidad de religiones que siempre han convivido y caracterizado a ésta Nación. Que a lo largo de su historia ha logrado cosechar la paz y respeto, frente a su prójimo sin hacer un llamado al fuego y azufre del infierno y menos hacia los más pequeños.
Ya que el verdadero desarrollo político, no debe conducirnos a olvidar las grandes tragedias de la Humanidad que provocaron algunos hombres, manipulando erróneamente los instrumentos del poder político, desatando en cada uno al Leviatán que llevamos dentro.
Por tanto, querer la libertad para todos, la justicia entre todos y la solidaridad de todos, son los valores que inspiran la acción política de la Social Democracia y a las instituciones que ésta, se comprometió a resguardar en el 48, y otras que luego, dieron pie a eso que llamamos INAMU y al cual los filibusteros de la fe le temen tanto. Siendo ésta la convicción que delimita el horizonte político de eso que conocemos como un Estado Social de Derecho. Y en donde no queremos ni mesías ni caudillos, porque si hay que luchar lo haremos, con todos nuestros bríos, frente al nuevo colonizador que para los efectos reales, no tiene nada que ver con DIOS…
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