Parques Nacionales en peligro

» Por Rolando Portilla Pastor - Ingeniero Civil. MSc. Manejo de Recursos Naturales

Nuestros parques nacionales y reservas biológicas representan una enorme riqueza nacional, en términos biofísicos, ecológicos y socio-económicos, un gran legado para las futuras generaciones. Aparte de ello, tienen un enorme valor intangible, su capacidad para generar crecimiento mental y espiritual en sus visitantes. algo que usualmente no se considera.

Solo en términos económicos, su valor es ya difícil de calcular. ¿Cuánto valen los bosques y ecosistemas del Parque Internacional La Amistad, las playas y arrecifes de Cahuita o los canales de Tortuguero?, por citar solo tres casos. Considerando lo poco que aun conocemos de estos ecosistemas, cualquier intento de ponerle precio a estas maravillas naturales resultará sin duda en una subvaloración de las mismas.

Es claro que nuestro turismo gira en gran medida alrededor de los parques nacionales. En el 2018 se estimó por parte del CINPE-UNA que el aporte anual de los parques nacionales y reservas biológicas a la economía nacional se acercaba al billón de colones, o sea 1 millón de millones de colones anuales. Jamás tendríamos el nivel de desarrollo turístico del país si no existieran los parques nacionales.

Por ello, siendo un tesoro nacional de esa importancia, es paradójico e inaceptable el estado de abandono en que se encuentran algunos parques nacionales. No es posible que nuestra joya natural turística, nuestra “gallina de los huevos de oro”, este desatendida y abandonada y en muchas de estas áreas los administradores y guardaparques tengan que trabajar con las uñas para poder cumplir con sus labores de vigilancia y control. Por el contrario, la enorme importancia económica y ambiental de estas zonas, debería llevarnos a mantenerlas en el mejor estado de financiamiento y provisión de recursos humanos y técnicos para su supervivencia.

Aparte de ello, estas áreas enfrentan grandes peligros en la actualidad, entre ellos, cacería, deforestación, incendios forestales, narcotráfico. Pero uno de los peores peligros y amenazas es la enorme presión de sectores desarrollistas por construir proyectos de infraestructura como carreteras, obras de generación y transmisión eléctricas, gas natural o petróleo, minería, turismo masivo, entre otros. No cesan de aparecer proyectos o reformas de ley en la Asamblea Legislativa para abrir los parques nacionales a este tipo de desarrollos. Hay sectores y personas que definitivamente no entienden la importancia de preservar estas zonas libres de infraestructura comercial o industrial.

La visión de un turismo masivo en estas áreas, que comienza a aparecer en algunos parques nacionales, lleva en ocasiones a sobrepasar la capacidad de carga turística de estos sitios, ignorando o despreciando la importancia y valor ecológico de estas áreas protegidas. Para algunos lo importante es promover e impulsar a toda costa el turismo y el beneficio económico, la naturaleza pasa a segundo plano olvidándose que la razón de creación de estos sitios es la conservación de la biodiversidad y la salvaguarda de ecosistemas esenciales, no el desarrollo de proyectos de infraestructura para beneficio humano. Sin duda el antropocentrismo y las visiones mercantilistas prevalecen en muchas de estas posiciones.

Nuestros parques nacionales deben seguir siendo un motor de la economía nacional, y un factor de desarrollo para las comunidades aledañas, sin perder su esencia como sitios para la conservación de la biodiversidad y los paisajes. Ahí está el gran reto y la enorme responsabilidad que tenemos para el futuro. Son áreas con un uso del suelo de conservación y así hay que entenderlo y aceptarlo.  No caben en estas áreas las visiones desarrollistas, por muy pseudo sostenibles que sean.

Los parques nacionales son un tesoro nacional que debemos cuidar con todo esmero, deben ser una prioridad nacional al que deberían asignarse todos los recursos financieros, humanos y técnicos para su protección, control y mantenimiento. Es inadmisible que sean zonas sujetas constantemente a tanta presión y amenaza.

Urge una cruzada y un acuerdo nacional para defender nuestros parques nacionales, antes de que estas importantes zonas desaparezcan tal y como las hemos conocido en las últimas décadas, como sitios para la conservación. Hago un ferviente llamado a todos los políticos, administradores, tomadores de decisiones, empresarios, así como al pueblo de Costa Rica, para que verdaderamente protejamos y defendamos esta enorme riqueza natural que representan los parques nacionales y las reservas biológicas en nuestro país. El momento es ahora, mañana puede ser ya muy tarde.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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