Pues sí, estamos a las puertas de otro hito en la política costarricense: una segunda ronda electoral por cuarta vez en este siglo. Fui a las tres anteriores y si mi hígado me lo permite, estaré este próximo domingo ejerciendo el voto. Digo mi “hígado” no en referencia a este órgano vital sino al emocional, el que me tiene con una mezcla de sentimientos sobre el momento que estamos viviendo y lo que viene de cara al 03 de abril.
Estamos frente a un cierre de campaña con algunas similitudes y diferencias en relación con la segunda ronda de 2018. Como similitud principal pareciera que presenciamos nuevamente una situación de VOTAR EN CONTRA DE, como sucedió frente a los dos Alvarados.
A diferencia de aquellos dos candidatos que se les acusaba de poca experiencia en la cosa pública, hoy los dos candidatos presumen de su experiencia internacional y nacional para intentar convencer a los votantes, aunque, por un lado, José María Figueres tiene 24 años de no ostentar un cargo público y por otro Rodrigo Chaves cuenta con sólo 184 días en su currículo.
Para la segunda ronda de 2018 pesaban los lemas de VOTE POR USTED, un corte más inclusivo según sus proponentes y de RESTAURAR COSTA RICA, con uno más de valores, casi que evangélico. Ambas nos dirigieron a una campaña monotemática con matices sobre religión, familia y matrimonio civil igualitario que se posesionaron por encima de otros temas que muchos pensábamos eran más importantes para el país.
Hoy, me parece que por el contrario estamos ante una campaña diluida en temas o con la interrogante sobre cuáles son los temas dominantes que le den identidad a uno o al otro candidato.
Por un lado, tenemos una campaña de Rodrigo Chaves donde el leivmotiv ha sido de VOLVER A SER EL PAÍS MÁS FELIZ DEL MUNDO. Afortunadamente, creo estoy en una edad en la cual mi felicidad no depende del entorno o de que alguien llegue al poder.
Cuando Chaves empezó con el lema de “Me como la bronca”, como que de cierta manera pasó desapercibida dentro del restante 24 candidaturas. Cuando los resultados de primera ronda confirmaron su paso al balotaje, sus detractores entonces empezaron a cuestionar ¿cuál bronca? Y lejos de seguir punzando sobre el eslogan, como que el mismo Chaves se apartó, le quitó fuerza.
Quiso convertir el tema de la lucha contra la corrupción como caballo de batalla, que aglutina eso sí el descontento y enojo de cierto electorado, pero no ha logrado y ya no logró posesionarse sobre un eje clave.
Tenemos luego a José María Figueres haciendo todo lo contrario a Chaves: ha intentado acaparar todos los temas posibles con lo que ha perdido identidad. Basta con ver la iconografía hacia segunda ronda, la cual pasó del clásico verde y blanco por una gama de colores asociados a temas o grupos representativos urgiendo a votar por las Pymes, por los jóvenes, por internet, por la educación, por todos los ejes habidos y por haber.
Al intentar quedar bien con todos, ha caído, como al inicio de su campaña oficial el año anterior, en contradicciones; si no, que lo diga su candidata a la vicepresidencia…
Pero a pesar de que he intentado en enfocarme en lo sustancial, en lo político, no puedo disociar que este 03 de abril pondremos a prueba nuestro sistema de valores, otra vez, como en 2018.
Cómo no dejar de lado que estamos frente a la escogencia para presidente de Costa Rica entre un candidato sobre el cual pesan hechos de conductas sexuales inapropiadas y un candidato rodeado por una aureola de corrupción y desconfianza – 7 de cada 10 electores jamás votarían por él-.
Así es estimados, la llamada “Suiza Centroamericana”, el país donde nos jactamos de ser un pueblo políticamente culto, donde creemos que estamos por encima de otros países vecinos, estamos convocados este 03 de abril a decidir por el “pecado” que se ajuste a nuestra ética y moral…
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.